Este 3 de mayo se festeja tanto el Día de la Santa Cruz, como el Día del Albañil, celebraciones muy importantes dentro de la cultura popular mexicana, y que tienen una curiosa relación que implica la necesidad de gente para las construcciones en la Nueva España.
Dentro del calendario de festejos de las religiosos, el 3 de mayo se marca como el día en que la emperatriz Helena de Constantinopla llegó al Monte Calvario, en un peregrinaje para encontrar la cruz donde murió Jesús.
Explorando y excavando en el lugar, encontró tres cruces, al no saber cuál era la verdadera, acercó a una persona muerta a cada una de ellas; fue en la tercera donde el recién difunto recuperó la vitalidad, por lo que la tomó y la llevó en toda su procesión en Jerusalem, ese mismo día se instituyó el Día de la Santa Cruz.
¿Qué tiene que ver la Santa Cruz con el Día del Albañil?
Ahora bien, en el México prehispánico, la fecha coincidía con una serie de celebraciones que se hacían a los dioses para pedir por una buena cosecha; a la llegada de los españoles y el cristianismo, el festejo se mantuvo, aunque ahora se pedía a la Santa Cruz.
Posteriormente, cuando las ciudades de la Nueva España estaban en construcción, mucha gente dejó de lado el campo para migrar a las urbes y trabajar como albañiles en los diversos proyectos arquitectónicos.
Sin embargo, mantuvieron la tradición de pedirle a la Santa Cruz, no por una buena cosecha, sino para que la obra salga bien y no haya accidentes; es por esa razón que prácticamente todas las construcciones en el país ponen una cruz de madera con listones.
Cada 3 de mayo en México, la gran mayoría de construcciones para, en su lugar hay una misa en la mañana, para posteriormente tener un covivio entre los albañiles (a veces también sus familias), en la obra o cerca de esta.