¿Roncas y dejas de respirar en repetidas ocasiones mientras duermes? Tú podrías padecer apnea obstructiva del sueño, un trastorno respiratorio potencialmente grave que hace que la respiración se detenga y se reanude repetidamente durante el sueño.
Afortunadamente, un nuevo estudio parece haber encontrado una forma sencilla para evitar el desarrollo de esta enfermedad: el ejercicio.
De acuerdo con la reconocida Clínica Mayo, existen varios tipos de apnea del sueño, pero la más común es la apnea obstructiva del sueño, que ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan intermitentemente y bloquean las vías respiratorias mientras se duerme, provocando los molestos ronquidos.
Existen varios tratamientos contra este padecimiento. Uno implica el uso de un dispositivo que utiliza presión positiva para mantener las vías respiratorias abiertas mientras se duerme. Otra opción es el uso de una boquilla que empuja empujar la mandíbula inferior hacia adelante durante el sueño. Una opción más radical es la cirugía.
Ante dichos métodos intrusivos, una investigación realizada por el Estudio de Salud de Ontario, en Canadá, y publicado en la revista Journal of Clinical Sleep Medicine ofrece una forma más sencilla de reducir el riesgo de este trastorno respiratorio: aumentar la actividad física.
Con un ligero aumento en la actividad física se reduce el riesgo de apnea
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de más de 155 mil adultos de Canadá, en temas como: estilo de vida, médicos, sociodemográficos y salud del sueño.
Con base en la actividad física de los participantes con y sin apnea del sueño, los investigadores determinaron que basta con un ligero aumento en el ejercicio, incluyendo caminar, para reducir hasta un 10 por ciento el riesgo de desarrollar apnea del sueño.
“Un hallazgo sorprendente fue que no sólo la actividad física vigorosa sino también el simple hecho de caminar solo se asoció con un menor riesgo de apnea del sueño”
Lyle Palmer, profesor de epidemiología genética en la Universidad de Adelaida, en Australia.
Los autores precisaron que añadir 20 minutos a una caminata diaria y aumentar la actividad diaria vigorosa en ocho minutos sería suficiente para reducir el riesgo de apnea del sueño.
El hallazgo es independiente de otros factores de riesgo conocidos para el trastorno respiratorio, como el sexo, la edad, el origen étnico y la obesidad.
Debido a la naturaleza transversal del estudio, los autores tampoco hicieron inferencias temporales sobre las asociaciones observadas entre la actividad física y la apnea del sueño. Sin embargo, indicaron que estudios anteriores también han sugerido que la actividad física puede reducir la gravedad de la apnea del sueño.
Con información de Europa Press.