Después de la alerta sísmica y cualquier sismo perceptible, muchos corren a comprar o conseguir un bolillo para curar el susto pero, ¿qué tan acertada es la creencia de que comer este pan blanco ayuda?
A continuación te explicamos cuánta verdad hay en la idea de que el bolillo ayuda al cuerpo a procesar mejor el impacto de situaciones estresantes.
Apenas la noche del 6 de octubre se registró un sismo magnitud 6.0 en México; el epicentro tuvo lugar en Matías Romero, Oaxaca y afortunadamente no hubo muertes que lamentar.
Acidez, aumento en la glucosa y otros efectos del susto en el cuerpo
Ante una situación de peligro, el cuerpo humano experimenta miedo o susto, una emoción que desencadena reacciones como:
- Temblores, sudoración y taquicardia
- Aumento en la actividad cerebral, presión arterial, coagulación sanguínea, y la glucosa en sangre
- Mayor producción de adrenalina, debido a que el corazón bombea sangre a gran velocidad.
- Pupilas dilatadas para facilitar la entrada de luz a los ojos.
- Pérdida de control sobre la conducta, actuamos de forma irracional.
- Incremento de la entrada de oxígeno en el organismo, aumentando la respiración
- Acidez estomacal y reflujo
- Detención de toda función no esencial, lo que afecta al sistema inmunitario.
¿Cómo se cree que el bolillo ayuda a curar el susto?
Si bien, estos efectos preparan al cuerpo para reaccionar de mejor manera ante un escenario amenazante, también provocan malestares que, al menos en México, se cree que pueden contrarrestarse comiendo un bolillo.
Por ejemplo, se piensa que al comer este pan se puede ayudar a “asentar el estómago” o reducir la acidez y el peligro de desarrollar diabetes.
La verdad tras los mitos del bolillo
El primer planteamiento es cierto porque ayuda a aparato digestivo a lidiar mejor con todos los ácidos gástricos derivados del susto, pero eso también se puede lograr con otros alimentos no irritantes o, mejor aun, con un antiácido.
El segundo planteamiento es incorrecto porque un susto, por sí solo no puede provocar la diabetes, según Nayeli Xochiquetzal Ortiz Olvera, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.
“Es mentira. Si alguien descubre que la padece [diabetes] tras haber vivido momentos de estrés, es porque desde antes ya tenía un antecedente. Por ello, tras un sobresalto, los diabéticos pueden comer un pedazo de bolillo sin problema alguno, pues eso les ayuda a estabilizar el azúcar y a no marearse”.
Nayeli Ortiz, profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM.