El santoral de hoy viernes 7 de octubre está dedicado a la Virgen del Rosario, aquí te explicamos cuál es el gran milagro de esta figura religiosa.
Como cada día, la Iglesia Católica se dedica a conmemorar aquellos santos y figuras inmaculadas que han formado parte de su historia, por tal motivo celebra la la fiesta de la Bienaventurada Virgen María del Santísimo Rosario en esta jornada.
La Virgen del Rosario es una advocación mariana que ocupa un lugar especial en el catolicismo, ya que se le reconoce por la manera en que ayudó a algunos santos en la predicación de la fe en la Tierra con el rosario.
Rezo que se ha convertido en un símbolo de la Fe que tienen la doctrina cristina. Incluso Juan Pablo II la consideraba su plegaria favorita.
¿Cuál es el gran milagro de la Virgen del Rosario?
El gran milagro de la Virgen del Rosario es que le enseñó a Santo Domingo de Guzmán a rezar el rosario en el año 1208, cuando se le apareció, y le encomendó que propagara esta devoción.
Esto con el fin acabar con los enemigos de la Fe que había en el sur de Francia, donde Domingo predicaba y había muchos creyentes que se apartaron de la iglesia por por la herejía albingense que no reconocían al Papa.
Fue en ese contexto que la Virgen del Rosario se le apareció a Santo Domingo de Guzmán diciéndolo que si rezaba con Fe el rosario muchos infieles se convertirían.
Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y amigo de Domingo, hizo que el religioso enseñara a las tropas a rezar el rosario.
Durante la batalla en Muret, uno de los combates más importantes, los creyentes salieron victoriosos y Montfort lo atribuyó al haber rezado el rosario, razón por la que construyó su primera capilla dedicada a Nuestra Señora del Rosario.
La Virgen del Rosario encomendó, dos siglos más tarde de lo ocurrido con Santo Domingo, al dominico Alano de la Rupe que reviviera la Fe entre los creyentes y aseguró que quien rezara el rosario vería sus promesas cumplidas.
Promesas de la virgen del Rosario
La promesas de la Virgen del Rosario, tomadas de los textos del Beato Alano son:
- Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida
- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.
- El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
- El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
- El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
- El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos
- Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
- Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
- Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
- Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
- Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
- He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
- Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.
- La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.
Virgen del Rosario, figura religiosa que ayudó a vencer batallas importantes
A la Virgen del Rosario se le ha adjudicado, a lo largo de los siglos, ser una figura religiosa vencedora de batallas entre cristianos y musulmanes. Por ejemplo, se le reconoce su ayuda en:
- La batalla de Lepanto (1571)
- La batalla de Temesvar (1848)
En ambos combates, la fe y devoción hacia la Virgen del Rosario fueron fundamentales en la victoria, según el testimonio del Papa Gregorio III y el Papa Clemente XI, respectivamente.