Un reciente estudio del antropólogo forense John Moores y el químico Pavía Luigi Garlachelli, pone en duda la autenticidad de la sangre impregnada en la Sábana Santa de Turín, Italia.

El reporte, publicado en el Journal of Forensic Science, revela que ciertas manchas de sangre no son compatibles con la posición del cuerpo, por lo que podría tratarse de una expresión artística de la pasión de Cristo, hecho en el sigño XIV. 

Lo mismo sucede con las marcas a la altura de la cintura, que procederían de sangre salida de la herida del costado y con el cuerpo ya en posición vertical, que para los autores son irreales. "Parecen creadas en forma artificial, con un dedo o un pincel", asegura Garlachelli, que usó sangre real y sintética durante las pruebas. 

De acuerdo con el diario La Stampa, los investigadores concluyeron que la sangre no habría llegado a la zona de los riñones, sino que habría acumulado en la región escapular. Sin embargo, el físico Paolo di Lazzaro opina que debería considerarse el estado de la piel del hombre envuelto en el sudario, pues el estudio se hizo con la piel íntegra y limpia de una persona y con un maniquí.