Es verdad que las relaciones sexuales son una de esas cosas que la humanidad más ha disfrutado a lo largo de su existencia, pero practicarlas no sólo se trata de pasarla bien mientras te llenas la mente y el cuerpo de placer, sino que está comprobando científicamente que tiene múltiples beneficios para la salud.
Por el contrario, cuando la actividad sexual disminuye o desaparece por un tiempo considerable, comenzamos a sufrir consecuencias que pueden ir desde leves, como dolores de cabeza, hasta aumento de la ansiedad o problemas con la próstata. Entre los problemas que puede acarrear la falta de sexo, está la presencia frecuente de resfriados.
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Una investigación realizada por la Universidad de Transilvania encontró que como consecuencia de la abstinencia, el sistema inmunológico puede sufrir cierta depresión, lo que permite la aparición de enfermedades comunes como la gripe.
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De acuerdo con el estudio, las personas que tienen sexo al menos una o dos veces por semana tienen hasta 30% más anticuerpos. Esta actividad incrementa la inmunoglobina, que comúnmente se encuentra en las membranas mucosas, sobre todo en las de las vías respiratorias; un conteo bajo de ellas puede hacernos sufrir enfermedades propias de este sistema, tal como la gripa.
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Otras afecciones que se llegan cuando el sexo se va
Como ya dijimos, la abstinencia (sin importar la causa por la que se presente) puede traernos otros problemas de salud física y mental como el aumento de la ansiedad, insomnio y disfunción eréctil, entre otras.
La parte buena de todo esto es que muchas de las ventajas o los beneficios que ofrecen las relaciones sexuales, parten del hecho de que al tener orgasmos, el cuerpo genera químicos y hormonas que ayudan a mantenernos saludables y, llegar al clímax también es posible a través de la masturbación.