Viivímos a las carreras, corriendo de un lado para otro, en juntas, trabajando horas extras y demás, lo que a veces complica un poco el poder ver a tu pareja entre semana. Existe una modalidad llamada ?relaciones de fin de semana? que básicamente es tener una pareja con quien disfrutar desde el viernes en la noche hasta posiblemente las primeras horas del lunes.
Este tipo de relaciones pueden tener varios pros y contras. Aunque muchos aseguran que se la viven en la eterna luna de miel debido a que prefieren pasar más momentos agradables que discutir. Estas relaciones suelen estar conformadas por adultos entre 25 y 35 años, que están desarrollándose como profesionales.
Al tener una relación de este tipo, es probable que uno de los dos se tenga que desplazar a donde vive el otro para pasar el fin de semana, ya que muchas veces alguno trabaja fuera de la ciudad, por lo que cuando llega el fin de semana es el momento perfecto para recompensar la ausencia de ambos.
Un punto fuerte de estas parejas es que se alarga la fase de enamoramiento, ya que la ausencia de la otra persona permite que, al volver a verla, percibamos su presencia como si fuera la primera vez, por lo que las emociones suelen ser más intensas en comparación con quienes conviven los siete días seguidos.
Pero no todo es de color rosa, en este tipo de relaciones algunos de sus puntos débiles son inseguridad y celos debido al tiempo que están lejos y las personas con las que conviven con frecuencia. Además, aumentan las probabilidades de infidelidad por la distancia física. Con ello se dificulta la posibilidad de compromiso y avance de la relación.
Mantener este tipo de relaciones depende del esfuerzo común que hagan ambos miembros para verse los días festivos, y sobre todo, sorprender al otro, bien sea con un viaje, un detalle o un escrito. ¿Te animarías a tener una relación así?
Con información de EsMas.