Gracias a las memorias del general Philippe Paul Ségur el mundo conoce de la existencia de un botín sacado de Moscú, Rusia, en 1912 que además de armas, decoraciones del Kremlin y la cruz del campanario de Iván el Grande, llevaba 80 toneladas de oro.
En 200 años no ha sido encontrado
El historiador Viacheslav Ryzhkov cree que Napoleón engañó a Alejandro I para que distrajera tropas en busca del oro robado y así dejar atrás la amenaza rusa hasta estar a salvo. "Sí lo hundió pero en otro lago, en el Bolshaya Rutavech, en Rudnya. Lo más seguro es que no haya arrojado las joyas, sino que ordenó enterrarlas en el fondo del agua", explica al diario Rabochy Put.
El experto considera que además utilizó a un doble para hacer creer que el conflicto continuaba mientras él huía de la capital, pues quienes estaban a su alrededor decían que se trataba de un impostor. Fue ese hombre quien organizó el falso entierro del tesoro en el lago Semlevo.
Esta podría ser su ubicación
La voz se corrió y todos pensaron que el oro aún se encontraba cerca para recuperarlo una vez que los franceses huyeran, pero el 11 de octubre el convoy de Napoleón y sus mil hombres fueron a otro lago, cercano al pueblo Zaborje, algo que hasta hoy no se tomaba en cuenta.
Pero el descubrimiento de grandes concentraciones de plata en el lago Bolshaya Rutavech tras un estudio en 1989 refuerza la idea de que sigue enterrado en el fondo. "En mi opinión, es posible extraer el tesoro del montículo en el fondo del lago con la ayuda del equipo apropiado y los especialistas", dice Ryzhkov.