Para este momento, es probable que muchos de ustedes ya hayan visto Joker; película de Warner Bros. que nos cuenta el origen del villano de DC Comics. Algo que nos cuenta la obra es que la icónica risa del payaso no es adrede, es una enfermedad que sí es real.
El padecimiento es conocido como risus sardonicus o enuresis risosa, y causa precisamente que una persona se ría sin tener la intención de hacerlo; además de que los pacientes también llegan a confundir el dolor con el placer.
Lo anterior es provocado por una malformación en el cerebro, conocida como hamartomas hipotalámicos y que no es otra cosa que tumores en dicha región. Los primeros síntomas se manifiestan a una edad temprana.
¿Se puede tratar la enfermedad del Joker?
Como muchas enfermedades de este tipo, el padecimiento del Joker; que también se puede localizar como epilepsia gelástica, puede se tratable con medicamentos; lo que hace que los episodios sean más esporádicos. En algunos casos más fuertes, se recurre a la cirugía.
Ahora bien, más allá de la molestia física; este tipo de epilepsia también da señales de un conflicto de corte psicológico, haciéndose presente cuando la persona está en constante tensión o ansiedad, derivado de alguna especie de trauma.
Además, si no se atiende de manera debida, a la larga el paciente puede experimentar pérdida de memoria y una disminución en sus capacidades de raciocinio (déficit intelectual), sobretodo en edades avanzadas; relacionándose en ciertos casos con la demencia senil.
Aún más, en algunos casos la lesión en el cerebro que produce la risa involuntaria, puede expandirse a otras zonas, alterando la conducta y personalidad.
Con información de Zocalo y Fandango.