Desde hace algunos años, la preocupación por cuidar a los animales ha crecido entre la población mundial, y con ello, el consumo de muchos productos con este origen ha disminuido. Tristemente, una gran parte de estos alimentos y objetos fueron sustituidos por opciones vegetales o sintéticas (según sea el caso) que han acarreado otros problemas. Esto sucede con la leche de almendra.
De acuerdo con un reportaje de The Guardian, la producción de leche de almendra mata a millones de abejas en Estados Unidos cada año, pues las exigencias del mercado ejerce una gran presión sobre las colmenas que están siendo sobre explotadas para conseguir la polinización de los huertos de almendras. Te decimos por qué:
La investigación recoge el testimonio de Dennis Arp, un apicultor que se dedica a alquilar colmenas que lleva a los campos y huertos para acelerar el proceso de polinización; él afirma que cada año pierde alrededor del 3% del total de sus abejas.
Paralelo a las declaraciones de Arp, una encuesta realizada a otros apicultores comerciales descubrió que 50 mil millones de abejas murieron entre 2018 y 2019 por diversas razones relacionadas con la explotación. Esto representa más de un tercio de las abejas comerciales de EU.
¿Por qué la leche de almendras mata a las abejas?
Como ya dijimos antes, la alta demanda causa una cadena de efectos secundarios sobre la vida de las abejas (y muchas otras especies). En primer lugar, hay que resaltar que los campos destinados a la siembra de almendras se convierten en monocultivos, este impide que las abejas se nutran correctamente y las debilita.
Otro punto importante es que el uso comercial de las abejas, muchas veces las hace despertar prematuramente de su lactancia invernal.
Sin embargo, la principal amenaza para las abejas son los pesticidas usados en los campos y que, evidentemente las dañan e incluso pueden matarlas.
Se calcula que en Estados Unidos, el consumo de leche de almendra aumentó 250% en los últimos cinco años.
Con información de Insider.