Si hay algo en este mundo que no distingue nunca y para nada de razas, orientaciones sexuales, identidades, estatura, sexo, género, nacionalidad, ni ninguna otra característica, eso definitivamente es el hecho de que absolutamente todas y todos vamos al baño por necesidades fisiológicas, es decir, a deshacernos de la orina y el excremento.
Pero que sea una actividad tan común no significa que la hagamos bien desde el principio hasta el fin, o al menos así lo explica el Dr. Evan Goldstein , un cirujano rectal en la ciudad de Nueva York, que asegura que todo este tiempo nos hemos estado limpiando mal después de ir al baño.
Durante una entrevista con Insider, el especialista aseguró que la mayoría de las personas realizan un aseo inadecuado después dedefecar y que, debido a que la piel del ano es delgada y sensible y puede resultar lastimada con relativa facilidad.
De hecho, Goldstein afirma que la principal casa de fisuras y hemorroides en el área son resultado de la fricción entre el papel o las toallas húmedas y la piel. Por lo tanto, afirma que la mejor opción es limpiar con pequeños golpeteos en la zona, en lugar de arrastrar o restregar, pues además, con esta técnica la limpieza sería más profunda y se evitaría que quedaran residuos entre los pliegues.
A pesar de que la creencia de que esta clase de afecciones es propia sólo de las personas adultas, el cirujano afirma que es un problema muy común entre jóvenes pues algunos hábitos como el consumo de alcohol se unen a la frecuente mala alimentación y se traducen en problemas digestivos que pueden ir desde el estreñimiento hasta la diarrea.
Despídete de las toallitas húmedas
Por otro lado, Goldstein resaltó del riesgo que puede implicar usar toallitas húmedas para limpiarse el ano; asegura que la humedad en estas es capaz de deshacerse de bacterias positivas para la zona que evitan infecciones. Incluso afirma que son aún más peligrosas para quienes padecen VPH ya que podrían favorecer la propagación de verrugas.
Sus recomendaciones indican que lo mejor es limpiar con el papel higiénico seco como el que hay en la mayor parte de los baños y hacerlo lo más suavemente posible con palmaditas sin mucha fuerza. En caso de ser posible utilizar un bidé y posteriormente retirar el exceso de agua.
Además, no hay que olvidar que no se debe pasar demasiado tiempo sentado en la taza del baño ni forzar la expulsión.