Indignación y una profunda tristeza invade al mundo tras darse a conocer la noticia de que la única jirafa blanca de Kenia y su cría fueron asesinadas por cazadores furtivos en la reserva de Ishaqbini Hirola, ubicada en el condado de Garissa. Hasta el momento, no se sabe nada de los responsables.
"Este es un día muy triste para la comunidad de Ijara (área en la que está la reserva) y Kenia en general”
Mohammed Ahmednoor. Gerente de Ishaqbini Hirola
Las jirafas blancas de Kenia, ganaron fama internacional en 2017, cuando fueron vistas por primera vez; en aquel entonces eran un macho y una hembra, pero la familia creció en agosto del año pasado cuando juntos tuvieron una cría macho.
Desde que se supo de su existencia, la gerencia de la reserva tenía especial cuidado en los ejemplares, pero los animales no viven enjaulados ni confinados a espacios cerrados en esta clase de lugares, por lo que es común que los cuidadores dejen de verlos por semanas o meses.
Los especialistas llevaban meses tratando de localizar a la familia de jirafas, hasta que en días recientes, guardabosques y residentes locales hallaron los esqueletos de la mamá y la cría, informó en un comunicado Mohammed Ahmednoor, gerente de Ishaqbini Hirola.
El Servicio de Conservación de la Fauna de Kenia reveló que las mataron hace al menos hace 4 meses.
La reserva se mostró consternada por lo que supone un retroceso “a los pasos dados por la comunidad para conservar especies excepcionales y únicas”, y agregó que esta es “una llamada de atención para un apoyo continuo a los esfuerzos de conservación” de las especies de la reserva.
Las jirafas blancas asesinadas conformaban, junto al macho adulto, la única familia de su tipo en el país africano. La rara especie debe su característica piel a una condición genética conocida como leucismo, lo que hace que la pigmentación cutánea sea menor, pero sin llegar al albinismo.
Con información de EFE y AFP.