Desde el pasado 16 de febrero y hasta el 9 de marzo se presentó el fenómeno espacial conocido como Mercurio Retrógrado. La astrología asocia este proceso como el responsable de diferentes acontecimientos negativos en la vida de las personas.

Desde mediados del Siglo XVIII aparecieron los primeros datos referentes a Mercurio Retrógrado entre la población británica. Los agricultores de aquella época se guiaban por este fenómeno para sincronizar las etapas de siembra con el movimiento de las estrellas.

Más tarde, la astrología comenzó a cobrar mayor importancia en la vida de las personas, hasta la segunda mitad del Siglo XX. En la década de los 70 los astrólogos destacaron como una especie de guías para la sociedad, y eso ha continuado con cierta importancia hasta la actualidad.

Mercurio Retrógrado ha sido tomado por la astrología como responsable de alterar el comportamiento de las personas; de entorpecer la comunicación y de desequilibrar ciertos aspectos de la vida que, en algún momento, podrían cambiar el rumbo de las cosas.

Sin embargo, este fenómeno tiene una explicación científica que solo se limita a una ilusión óptica. Este proceso se presenta cuando Mercurio aparentemente cambia su movimiento y se mueve “hacia atrás”, de este a oeste en lugar de oeste a este.

El efecto así se observa desde la Tierra, pero en realidad es una ilusión óptica cuando ambos planetas se juntan en el mismo lado del Sol, y cuando Mercurio continúa su órbita la trayectoria parece cambiar. El siguiente Mercurio Retrógrado de 2020 tendrá lugar entre el 17 de junio y 12 de julio.