La clave para descifrar el misterio detrás de la sonrisa de ‘La Mona Lisa’ podría estar en el vuelo de las libélulas y la capacidad visual de Leonardo da Vinci, autor de la famosa pintura, afirma un estudio dado a conocer este jueves.
David Thaler, autor de la investigación y profesor de Genética, Microbiología y Biotecnología en la Universidad de Basilea (Suiza), señaló al respecto:
“Hay muchas teorías sobre la enigmática sonrisa de ‘La Mona Lisa’… Es porque [Da Vinci] fue capaz de captar a alguien que está empezando a sonreír en vez de una sonrisa completa”.
David Thaler, autor de la investigación.
Da Vinci era capaz de ver a detalle el vuelo de las libélulas, afirma
En entrevista con la agencia EFE, el también investigador de la Universidad Rockefeller, en Estados Unidos, explicó que cuando intentamos recordar la cara de una persona, es fácil reconstruir en la mente su rostro sonriendo, pero es casi imposible reconstruir el momento en que empieza la sonrisa.
“Creo que eso es lo que Leonardo era capaz de hacer”.
David Thaler, autor de la investigación.
Con base en su estudio, Thaler afirma que Leonardo da Vinci tenía una capacidad visual extraordinaria que, por ejemplo, le permitió congelar en su mente el vuelo de una libélula, como lo demuestran sus escritos con observaciones sobre el vuelo de dicho insecto.
Ahí, el artista explicó que “la libélula vuela con cuatro alas y cuando las del frente están elevadas, las traseras están bajadas”.
Esto, destaca Thaler, sólo pudo confirmarse hasta el siglo XX, con las cámaras de alta velocidad que capturaron el movimiento con centenares de imágenes por segundo.
CFFF, la cualidad que permitió a Da Vinci dar su misteriosa sonrisa a 'La Mona Lisa'
Según el estudio, Da Vinci contaba con una habilidad denominada critical flicker fusion frequency (CFFF) o frecuencia crítica de fusión de parpadeo, que puede definirse como la frecuencia a la que una luz parpadeante es percibida como continua.
El estudio explica que para un ser humano normal, el ámbito de CFFF se encuentra entre 20 y 40 flashes por segundo, lo que se expresa en hercios (Hz). En las personas más perceptivas, la cifra es de poco menos de 50 Hz.
Por eso, cuando miramos una película que se proyecta a entre 48 y 72 imágenes por segundo los fotogramas individuales son percibidos como una continuidad.
Esto implicaría que, si Da Vinci viera una película, que normalmente funciona con una frecuencia de 60 Hz, el artista italiano sería capaz de observar los fotogramas de forma individual.
Dicha cualidad, le habría permitido apreciar detenidamente el vuelo de las libélulas y también captar en su mente el momento en que la mujer de ‘La Mona Lisa’ comenzaba a sonreír, infante que habría elegido para retratar en su famosa pintura.
Con información de EFE.