Dicen que “para todo mal mezcal y para todo bien, también”, así que si eres un amante de este destilado, debes alistar maletas para hacer la Ruta Caminos del Mezcal, la cual estará conformada por 6 municipios oaxaqueños donde podrás conocer toda la magia detrás de esta bebida.
El mezcal es uno de los íconos culturales e históricos más famosos de Oaxaca, esta emblemática y ancestral bebida, hipnotiza y seduce el paladar de infinidad de consumidores estatales, nacionales y extranjeros, por su sabor y sus sensaciones producidas.
A través de un comunicado, la Secretaría de Turismo y Desarrollo Económico (STyDE) invitó a locales y visitantes a vivir este recorrido por los Valles Centrales del estado, donde la cultura y cosmovisión que envuelve al mezcal se entremezcla con las usanzas y el arraigo de las y los oaxaqueños.
La ruta comenzará en el municipio de Santa María el Tule, pasa por San Jerónimo Tlacochahuaya, continúa en Teotitlán del Valle, sigue su recorrido por Tlacolula de Matamoros, San Pablo Villa de Mitla y finaliza en Santiago Matatlán, conectando también con el destino turístico Hierve el Agua.
Como parte de la ruta podrás conocer palenques y fábricas de mezcal, así como los maestros mezcaleros que por generaciones, han hecho de este producto algo mágico y reconocido en todo el mundo. Aquellos que hagan el recorrido, podrán adquirir mezcales de diferentes variedades de maguey, imprimiendo cada uno aromas y sabores especiales.
Las andanzas comienzan en Santa María el Tule, cuna de un legendario y gigantesco ahuehuete, enraizado desde hace más de dos mil años. Este árbol ha sido testigo de infinidad de historias y ha encarnado caprichosas formas en sus raíces y ramas. Su frondosidad (40 metros de alto, 45 metros de circunferencia y un peso aproximado de 636 toneladas) son de digna de admiración. San María del Tule cuenta también con bellas muestras de arquitectura barroca como el retablo principal y la Capilla del Rosario del Templo de Santa María Asunción, santuario ubicado a un costado del colosal ahuehuete.
La siguiente parada es San Jerónimo Tlacochahuaya, localidad que conjunta bienes tangibles e intangibles de la cultura oaxaqueña.
El arte barroco es desbordante en Tlacochahuaya, prueba de ello es el Ex Convento de San Jerónimo, donde el visitante podrá envolverse en la magia sus retablos, sus muros pintados al fresco y su impresionante órgano tubular. Asimismo, en sus alrededores se pueden visitar yacimientos prehispánicos como Dainzú o practicar turismo de naturaleza como el vuelo en globo o el ciclismo.
Teotitlán del Valle es la siguiente estación. Esta localidad es reconocida a nivel mundial por su tradición artesanal, emanada en los talleres textiles de telar de madera, en la que artesanos locales crean mágicas piezas de lana tintadas con pigmentos naturales como cempaxúchitl, grana cochinilla y añil.
Otras experiencias en Teotitlán son visitar los talleres de cocina tradicional, recorrer la Presa Agua Azul, caminar por Las Cuevas y admirar el Templo de la Preciosa Sangre de Cristo, labrado en cantera.
El trayecto sigue su cauce en Tlacolula de Matamoros, sitio que profesa pasión a través de su mercado y su templo. Infinidad de productores de la región se congregan en este tianguis dominical que data de la época prehispánica, siendo uno de los más surtidos y concurridos.
El Templo de Santa María Asunción es una joya del barroco mexicano, destacando sus relieves de cal y sus decorados con hoja de oro.
Los alrededores de Tlacolula de Matamoros revelan otros tesoros imperdibles como las zonas arqueológicas de Yagul y Lambytieco, las cuevas prehispánicas y el Zoológico Yaguar Xoo.
Las más esplendorosas zonas arqueológicas de San Pablo Villa de Mitla son el siguiente punto en la Ruta Caminos del Mezcal. Este asentamiento prehispánico fue en su momento un floreciente centro ceremonial zapoteco, la denominada “Ciudad de los Muertos” expone hermosas grecas labradas y sepulcros ancestrales.
En Mitla se puede vivir a la par la historia emanada en los Templos Católicos, construidos sobre plataformas piramidales zapotecas, así como la tradición artesanal en sus talleres textiles.
El máximo esplendor de las vivencias y cosmovisión del mezcal se vive en Santiago Matatlán, municipio que exhibe fábricas de mezcal, donde turistas podrán experimentar su proceso de producción, desde la cocción de las piñas del maguey, pasando por la molienda, fermentación y destilación.
Actividades como admirar el Templo de Santiago Apóstol (complejo arquitectónico con barda, cruces atriales, torres y campanario) y recorrer el Rancho Jabalí (centro de conservación de especies animales endémicas), forman parte del menú de experiencias de Matatlán, puntualizó.
Con información de Notimex.