El mundo del arte está de luto. Esta tarde se confirmó la noticia del fallecimiento del pintor mexicano, Luis Nishizawa a los 96 años.

Hablar de Nishizawa es hablar de pasión, de un enorme compromiso con la enseñanza del arte, de muchos años llenos de color que compartió con generaciones de artistas emergentes. En su larga trayectoria en el arte, incursionó en diversos lenguajes plásticos: muralista, pintor de caballete, dibujante, ceramista, vitralista y escultor. 

El presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, fue el encargado de publicar a través de su cuenta en Twitter (rtovarydeteresa) la lamentable noticia.

De origen japonés por parte de su padre, Kenji Nishizawa, y mexicano por parte de su madre, María de Jesús Flores, Luis Nishizawa nació en la Hacienda de San Mateo, municipio de Cuautitlán, Estado de México el 2 de febrero de 1918. La familiaridad e identificación con la naturaleza de sus años infantiles, influenció profundamente su sensibilidad para ser más adelante, factor determinante en su quehacer artístico.

En 1942 ingresó a la Academia de San Carlos; allí tuvo como maestros a Julio Castellanos, José Chávez Morado, Alfredo Zalce y Benjamín Coria, entre otros. En 1947 obtuvo el título como maestro de Artes Plásticas y en 1955 inició su carrera docente en la Escuela Nacional de Artes Plásticas, tarea que desempeñó hasta el último de sus días, aportando a numerosas generaciones de artistas sus conocimientos y técnicas de manera desprendida, sabia y estimulante.

Nishizawa no solo se preocupó por el arte contemporáneo sino que también recuperó una de las tradiciones más importantes de la entidad, la quema de judas, a la que impulsó a través del establecimiento de un concurso en el que hoy en día participan decenas de artesanos que realizan figuras de carrizo y cartón para continuar con esta costumbre de Semana Santa. 

El maestro Nishizawa fue nombrado Maestro Emérito y Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de México y Premio Nacional de Artes; asimismo, el gobierno de Japón lo condecoró "Tesoro Sagrado del Dragón", Miembro de Numerario de la Academia de Artes y "Creador Artístico" del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Descanse en paz.