The New England Journal Of Medicine acaba de publicar los resultados de una investigación que además de haber asombrado a los científicos, podría ser el futuro para el tratamiento del Parkinson, y es que a pesar de no tratarse de tratamientos costosos, se ha comprobado que es realmente efectivo.
El Dr. J Albert, del Instituto de Investigación Clínica Lerner Cleveland, Ohio, se dedicó a estudiar los efectos que los pacientes con Parkinson tienen al andar en bici, resulta que aquellos con un grado severo de temblor, lograron controlar su cuerpo al pedalear. Según Albert, hacer esta actividad libera químicos que mejoran las funciones motoras.
Según la investigación, las mejores conexiones cerebrales están entre el ejercicio y las zonas vinculadas a la enfermedad, por lo que la coordinación y el equilibrio se refuerzan, haciendo que esta actividad deportiva se convierta en 'una terapia efectiva de bajo costo para la enfermedad.
Entre los síntomas del Parkinson se encuentran los temblores, problemas del habla y una desaceleración gradual en la zona baja del cuerpo. A medida que la enfermedad progresa, el equilibrio puede ser afectado y algunos enfermos terminan en una silla de ruedas.
El estudio se llevó a cabo en cerebros de 26 pacientes con Parkinson, quienes utilizaron bicicletas fijas tres veces por semana durante dos meses.
Algunos pedaleado a su propio ritmo, mientras que otros se comprometieron a hacerlo con un nivel que obligaba a forzar al cuerpo en donde tenían que pedalear más rápido por los motores montados en sus bicicletas.
Los escáneres revelaron que un pedaleo vigoroso impulsa las conexiones entre las regiones del cerebro vinculadas al movimiento. Los científicos están estudiando cómo los pacientes podrían realizar esta terapia con bicicletas fijas en sus hogares además de estar investigando si existen otros ejercicios que tengan el mismo impacto como la natación o el remo.
Hay que destacar que el caso de uno de sus pacientes de 58 años se viralizó debido a que en la imagen, el señor de origen holandés apenas podía sostenerse en pie, pero al subirse a la bicicleta, su cuerpo reacciona de una manera diferente.
Tan pronto como se baja de ella, se congela y ya no puede dar un paso más.
Tal vez la mejor explicación es que el Parkinson, el trastorno neurológico que mata algunas de las células del cerebro que controlan el movimiento, sólo afecta a ciertas partes del cerebro. Manos y pies sufren de contracciones incontrolables, pero pedalear, es un movimiento controlado desde un lugar diferente.
Sin más que decir, es impresionante saber que aún los enfermos pueden tener calidad de vida a pesar de que esta se había frenado por una cruel enfermedad. ¿Qué opinas?
Con información de NEJM.