Científicos de la Universidad Wisconsin-Madison (UW-Madison), en Estados Unidos, lograron revertir síntomas asociados al Parkinson en monos, como los movimientos involuntarios y la depresión.
Esto fue posible realizando a los animales injertos en el cerebro de neuronas hechas a partir de células madre pluripotentes cultivadas en sus propios cuerpos, según lo expone un estudio publicado este lunes 1 de marzo en la revista Nature Medicine.
"Este resultado en primates es extremadamente poderoso, sobre todo para traducir nuestros descubrimientos al (aspecto) clínico"
Su-Chun Zhang, neurocientífico de la UW-Madison
Los tratamientos contra el Parkinson no tienen efectos duraderos
La enfermedad de Parkinson daña las neuronas que producen dopamina, una sustancia del cerebro que transmite señales entre las células nerviosas.
Las señales interrumpidas hacen que al paciente cada vez le sea más difícil coordinar los músculos, provocándole a su vez síntomas como rigidez, lentitud y temblores.
Los pacientes en etapas tempranas del Parkinson suelen ser tratados con medicamentos para aumentar la producción de dopamina, sin embargo su efecto no es duradero.
"Con el tiempo, a medida que la enfermedad progresa, sus síntomas motores empeoran"<br>
Marina Emborg, investigadora de la UW-Madison
Los monos que recibieron injertos pudieron volver a moverse con facilidad
En busca de un tratamiento más afectivo, los investigadores de la UW-Madison se sirvieron de la resonancia magnética para inyectar millones de neuronas productoras de dopamina en el cerebro de cada mono en un área llamada estriado, que por los efectos devastadores del Parkinson se va agotando.
La mitad de los monos recibieron un injerto hecho de sus propias células madre pluripotentes y la otra mitad recibió células de otros monos.
Seis meses después, los monos que recibieron injertos de sus propias células presentaron mejoras significativas y, en el lapso de un año, sus niveles de dopamina se habían duplicado y triplicado.
Gracias a esto, los animales con Parkinson empezaron a moverse más y sin necesidad de agarrar la jaula para ponerse de pie, como sucedía antes; también tomaron alimentos con facilidad, según los investigadores.
El neurocientífico Su-Chun Zhang, uno de los autores de la investigación, señaló que este procedimiento evitó complicaciones con el sistema inmunitario de los primates y considero que supone un avance hacia un tratamiento para millones de personas que padecen Parkinson.
Con información de EFE