Un equipo de científicos de la Fundación Infant, con sede en Buenos Aires, Argentina, investiga si el plasma de pacientes recuperados hace a la Covid-19 un catarro febril, luego de que Bolivia autorizara el uso de plasma de quienes superaron el coronavirus, para salvar a contagiados.
De inmediato, los buscadores de algún donante que les de una esperanza a sus seres queridos inundaron las redes sociales, así que el estudio liderado por el reconocido médico infectólogo Fernando Polack busca comprobar si realmente de esta manera se disminuirían los efectos del virus en el cuerpo humano.
¿Del coronavirus a un resfriado febril?
Empecemos por entender qué es el plasma: la sangre tiene tres componentes; el primero, los glóbulos rojos, que viajan por el sistema circulatorio hasta el pulmón cargando oxígeno y distribuyéndolo por todo el cuerpo. El segundo, los glóbulos blancos, que son células que nos defienden contra infecciones. Ahora, para que los glóbulos blancos y rojos puedan circular tiene que haber un líquido que es el plasma: es aceitoso, tiene proteínas, agua y sal.
Una de las proteínas del plasma son los anticuerpos; alfileres de gancho que atrapan virus. Cuando alguien se infecta de coronavirus, sus glóbulos blancos secretan estos anticuerpos en el plasma y alrededor de 28 días después, se suele tener altas concentraciones de esos anticuerpos nadando en él.
Para la pediatra, investigadora del Conicet y especialista en vacunas, Romina Libster, en este estudio, en donde participan 200 personas, a unas les dan plasma convaleciente y a otras no para así evitar cualquier sesgo, y tiene como objetivo principal brindar una mejor y pronta recuperación de enfermos con la Covid-19 que sean adultos mayores; un grupo de alto riesgo.
En caso de que los resultados resulten positivos, los investigadores esperan que en unas semanas se puedan tomar los anticuerpos filtrados del plasma de pacientes recuperados, y hacer gammaglobulinas, que haría que en vez de darles a contagiados el plasma, le den los anticuerpos concentrados en un frasquito como si se tratara de una vacuna.