Disney nos ha traído un montón de historias protagonizadas por princesas que siempre buscan un ideal; y aunque también han sido criticados por promover la imagen de una mujer que, para sentirse realizada necesita encontrar al “príncipe” de su vida, han tratado de cambiar el mensaje con la aparición de nuevas princesas como Mérida, Mulán o Moana que se alejan del estereotipo y luchan por alcanzar sus metas de otra manera.

Lo cierto, es que las princesas Disney de antes (Ariel, Bella, La Bella Durmiente, Jazmín, Cenicienta y demás), comparten un detalle que para muchos es imperceptible o que carece de valor, todas han aparecido en sus películas con un atuendo azul.

¿La razón?

Según la teoría del color, el azul se asocia con la profundidad, la estabilidad, la verdad, la lealtad, la inteligencia y los deseos, por lo que de esta manera buscan reflejar la personalidad de las princesas a través de su vestuario.

En entrevista con ABC, la especialista de color, Leatrice Eiseman, directora ejecutiva del Pantone Color Institute, reveló que “Con el color azul se añade poder al personaje. Es una forma sutil de decir que las niñas también pueden ser empoderadas”.

Si bien el rosado y el azul ya se usaban como colores para distinguir bebés a mediados del siglo XIX, se convirtieron en significantes de género antes de la Primera Guerra Mundial. De hecho, las publicaciones de la época sugerían el rosado para los niños, pues se consideraba un color más fuerte y decidido, mientras que el azul se describía como más delicado y lindo para las niñas.

¿Será que el uso de los vestidos azules en estas películas buscaba reforzar lo “delicado y lindo del color” o bien, romper el significado actual del mismo?

Con información de ABC.