Desde hace algunos años, se pusieron de moda los bordados en blusas, pantalones, chamarras y otras prendas, y con ello, se han dado un gran número de plagios a diseños indígenas de diversas comunidades en el mundo; algunas de las más afectadas, han sido las mexicanas.
Marcas internacionales como Zara Y Mango se han visto envueltas en escándalos y demandas por copiar sin permiso, ni crédito, ni remuneración para las comunidades artesanas, diseños textiles o de bordado, pero esto podría llegar a su fin, al menos en nuestro país.
El Instituto Nacional de Antopología e Historia (INAH) anunció que desde hace dos meses trabaja en una plataforma del Registro de Patrimonio Cultural y Mercado que ayudará a visibilizar y evitar cuando alguna empresa quiera aprovecharse de los diseños artesanales.
"Se trata de un mapa en el que documentaremos qué pueblo es el afectado, en qué modo y por quién a fin de que esto sirva para investigaciones dentro del INAH y como fuente informativa para casos futuros", informó la coordinadora nacional de Antropología, María Elisa Velásquez.
De acuerdo con información de Impacto, entre 2012 y 2017 ocho marcas de ropa han plagiado diseños de comunidades indigenas de Hidalgo, Oaxaca y Chiapas; lo hacen porque no existe registro de derechos de autor de este tipo de creaciones y, por lo tanto, no tienen la obligación de pagarle a nadie por el uso.
El caso más reciente se dio apenas en junio cuando Zara copió el bordado tradicional de Aguacatenango, Chiapas y lo usó en chamarras que se vendía al público por 599 pesos.
Para ayudar a contrarrestar y eventualmente acabar con esta problemática, el Registro de Patrimonio Cultural y Mercado contará con especialistas en derecho, propiedad intelectual, juristas, antropólogos y colectivos como el de las bordadoras de Tenango de Doria, Hidalgo.
Uno de los principales objetivos de la plataforma es reformar las leyes para que pueda otorgarse, por ejemplo, una marca colectiva a un determinado pueblo, así como también, registrar denominaciones de origen con indicaciones geográficas para los productos de cada región.
Así que, con la creación de esta instancia, las marcas que quieran hacer uso de un fragmento o un diseño completo, deberán pedir permiso y pagar a las comunidades.
Con información de SIPSE