El creciente problema de gentrificación en México destapó una problemática que muchos piden parar: el turismo de pobreza.
Este se deriva de la necesidad de los extranjeros de encontrar experiencias reales que, según dicen, no hallan en ciudades ostentosas.
La vida real que buscan presenciar (sin quedarse) es la de los barrios más pobres, por ello el nombre de turismo de pobreza.
Y es este turismo el que ahora pone de moda tours en zonas como Tepito o La Merced.
¿Qué es el turismo de pobreza?
Formalmente, el turismo de pobreza consiste en llevar a los extranjeros a observar sitios donde la gente vive en la pobreza.
Otra forma de este turismo es la visitas a algún establecimientos para gente de bajos recursos, como bares y restaurantes en áreas pobres.
Aquí, los extranjeros llegan motivados por la búsqueda de aventura debido a la aparente autenticidad que el colorido del sitio ofrece.
El turismo de pobreza por lo general no produce más que una interacción temporal y sin ningún compromiso.
Es muy popular en la India, Etiopía, Kenia, Namibia y Sudáfrica, pero recientemente también en México.
¿Por qué es preocupante el turismo de pobreza?
El turismo de pobreza, a pesar de ser una fuente de sustento para algunos residentes, es preocupante para los originarios de las zonas.
Y es que es un tipo de voyeurismo y de explotación hacia aquellos que viven con escasos recursos, a los cuales se les toman fotografías pero no se les deja nada a cambio.
Es por ello que algunas agencias de turismo de pobreza reparten parte de sus ganancias para ayudar a los más necesitados, aunque por supuesto que se quedan la mayor parte.
Al respecto, la ONG británica Tourism Concern, informa de las condiciones que permiten a los extranjeros practicar el turismo de pobreza sin pisotear la dignidad de los residentes.
Entre ellas, elegir bien el tour-operador y evitar los viajes de culpabilidad; es decir, en verdad conocer a las comunidades para comprender y ser más empáticos con su realidad.