Aún hay quienes piensan que seres extraterrestres visitaron la Tierra en la antigüedad, guiando a las distintas culturas con sus construcciones. Una de esas teorías es la del astronauta de Palenque.
En 1949, el arqueólogo Alberto Ruz encontró en al interior del Templo de las Inscripciones la famosa lápida de Pakal, también conocida como el astronauta de Palenque.
Ello, porque algunos piensan que representa a un extraterrestre cuyas manos manipulan un tablero de control, sus pies unos pedales, y que tiene la nariz conectada a un dispositivo para respirar.
Las mismas personas que creen en el astronauta de Palenque afirman que el bajorrelieve muestra las llamas producidas por su despegue rumbo al espacio exterior.
No obstante, en realidad la lápida de Pakal representa su ascenso del inframundo hacia las alturas celestiales, su renacer como entidad divina que sigue el camino de la ceiba sagrada.
¿Qué representa en realidad la lápida de Pakal, llamada el astronauta de Palenque?
La lápida de Pakal, también conocida como astronauta de Palenque por aquellos que piensan que un extraterrestre controlaba a la cultura maya, muestra a K’inich Janahb Pakal.
Este fue un importante gobernante maya que en el bajorrelieve descubierto por Ruz se encuentra ataviado con los elementos típicos de un gobernante, y rodeado por iconografía maya.
Por ello, y a pesar de que algunos creen que los extraterrestres son responsables del avance tecnológico de los mayas, aquí te explicamos lo que en realidad explica la lápida de Pakal:
- Una ceiba sagrada (árbol sagrado de los mayas que sostiene el cielo con sus ramas y teje el inframundo con sus raíces).
- Las dos cabezas de serpiente a los lados de la ceiba son: el dios Kauil (dios del fuego) y el dios Bufón (patrón de los gobernantes).
- A Pakal en la postura del bebé Kauil (lo que muchos consideran que es un extraterrestre tocando unas teclas).
Pakal el grande fue un gobernante que renovó Palenque tras una dinastía turbulenta de guerras y pérdidas.
Su llegada significó un nuevo aire en el sistema económico, político, religioso y administrativo con creación de nuevas estructuras como el Templo de las Inscripciones.