Aunque no lo creas, la tradición de romper la piñata no es 100% mexicana; según las anotaciones de Marco Polo, esta surgió en China.
Marco Polo describió cómo los chinos colgaban una figura de vaca o buey cubierta con papeles, de la cual colgaban instrumentos agrícolas y tal representación, era utilizada para darle la bienvenida a la primavera.
Cada figura estaba rellena con 5 tipos de semillas y para romperla, los chinos utilizaban palos de diversos colores que referían las condiciones que habría ese año en torno a la agricultura.
Tras golpear la piñata ésta se quemaba y los restos de ceniza eran considerados de buena suerte, por lo que los participantes se llevaban un poco a casa.
Después, Marco Polo llevó las piñatas a Italia, donde las bautizaron como ‘pignatas’ (en italiano la ‘gn’ suena como ‘ñ’). De ahí pasaron a Europa donde se utilizaba para celebrar la cuaresma y una olla de barro se rellenaba de dulces.
Por 1519, los conquistadores la trajeron a México, donde la tradición sigue arraigada. En un principio los españoles la utilizaron como parte de su evangelización y originalmente la piñata tenía 7 picos; cada uno simbolizando los siete pecados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Si te piden que te cubras los ojos para golpearla, es porque la venda en los ojos representa la fe ciega, que le pega al mal hasta que lo destruye y si quieres verte aún más tradicional, aquella persona que le pegaba debía dar 33 giros, uno por cada año que vivió Jesucristo. Y para finalizar, todos los dulces que caen representan bendiciones.
Con información de Muy Interesante / Fotos Cuartoscuro