Para combatir el cambio climático, muchas personas y organizaciones en pro del medio ambiente han comenzado a reforestar los bosques. Científicos advierten que pese a las buenas intenciones, esta iniciativa podría resultar muy dañina, ya que está provocando la desaparición de muchos ríos.

En un estudio publicado en la revista mensual Global Change Biology, investigadores de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, afirman que la reforestación de los bosques está causando la reducción permanente del flujo de los ríos, al grado que en algunas regiones estas corrientes naturales de agua podrían desaparecer por completo en sólo una década.

Reforestación de bosques ayuda a reducir  dióxido de carbono atmosférico, pero...

Los especialistas del Instituto de Investigación de Conservación de la citada institución británica reconocen que reforestar grandes áreas es una de las mejores formas de reducir los niveles de dióxido de carbono atmosférico, ya que los árboles absorben y almacenan este gas de efecto invernadero (GEI) a medida que crecen.

Pese a ello, los autores del estudio descubrieron, con base en las perturbaciones en la cuenca y los efectos del clima, que la disponibilidad local del vital líquido se reduce totalmente en áreas de plantaciones y no se recupera con el tiempo.

"El flujo del río no se recupera después de plantar árboles, incluso después de muchos años".

David Coomes, principal investigador del estudio.

Deben estudiarse los mejores lugares para reforestar

Ante ello, Laura Bentley, especialista en plantas y primera autora del informe, señaló:

“La reforestación es una parte importante para abordar el cambio climático, pero debemos considerar los mejores lugares para ello”.

Laura Bentley, primera autora del informe.

En ese sentido, reveló que en algunos sitios, los cambios en la disponibilidad del recurso hídrico serán por completo debido a los programas de plantación de árboles.

A los 25 años de reforestación, muchos ríos se secaron

Sus conclusiones se derivan de un análisis a 43 lugares en todo el mundo donde se han realizado nuevas plantaciones y se utilizó el flujo del río como una medida de la disponibilidad del vital líquido en la región.

Los hallazgos sugieren que en los primeros cinco años de la plantación de árboles, el agua en los ríos se redujo un 25 por ciento; a los 25 años, un 40 por ciento; y en algunos casos se secaron por completo. Las mayores reducciones porcentuales se registraron en regiones de Australia y Sudáfrica.

Con información de Notimex.