La entrada del otoño en México marca los últimos días de lluvias, aunque también la llegada de las tormentas más intensas, todo por el “cordonazo de San Francisco de Asís” el 4 de octubre.
Si no lo habías escuchado, el “cordonazo de San Francisco de Asís” es un término que se usa para describir la llegada de las últimas tormentas del año, iniciando el 4 de octubre.
Esto principalmente en países que estén cerca de alguno de los trópicos y que tengan una fuerte relación con la tradición judeocristiana.
Pues el origen de esta curiosa frase está ligada a la figura del mencionado santo.
¿De dónde viene el “cordonazo de San Francisco de Asís”?
La idea del “cordonazo de San Francisco de Asís” viene de la vestimenta del fundador de la Orden Franciscana, el cual usaba un cordón con varios nudos a manera de cinturón.
Dicho cordón era representativo de que se había despojado de todos sus vienes para tener una vida sólo con lo indispensable, alejada de los bienes materiales.
De acuerdo con la creencia, todos los días 4 de octubre, el santo sacude su túnica en el Reino de los Cielos, lo cual provoca que el mencionado cordón se mueva de manera violenta.
Debido a esto, el cordón azota a las nubes, como si fuera un látigo, provocando las lluvias del 4 de octubre, así como del resto del mes.
El “cordonazo de San Francisco de Asís” ha sido aceptado por algunos científicos
Lo curioso del “cordonazo de San Francisco de Asís” fue aceptado por una parte de la comunidad científica, aunque sólo para referirse al fenómeno meteorológico.
Si bien se duda de la historia religiosa del “cordonazo de San Francisco de Asís”, el término ha sido referido por meteorólogos al señalar las lluvias que inician el 4 de octubre.
Para diversos científicos, el “cordonazo de San Francisco de Asís” simplemente es la transición de verano y otoño, la cual produce intensas lluvias en zonas de los trópicos.
Esto debido al choque de las corrientes cálidas de verano y gélidas del futuro invierno, provocando un cambio violento en el clima, dando como consecuencia el aumento de precipitaciones.
Lo cual sucede con regularidad a finales de septiembre e inicios de octubre, no necesariamente el día 4 de octubre.
Con información de National Geographic