A estas alturas ha quedado claro que el cubrebocas se convertirá en una artículo de uso continuo y cotidiano, incluso cuando la parte más crítica de la pandemia haya pasado, pero hay que admitir que no es fácil llevar la boca y la nariz cubierta todo el tiempo.

Más allá de la incomodidad, hay personas a quienes podría generarles ansiedad o angustia al sentir que no tiene la misma libertad para hablar, gesticular o hablar, sin embargo, hay que recordar que las tres cosas pueden hacerse de manera normal aún con esta herramienta de protección.

Pese a que tanto las mascarillas como los cubrebocas están pensados especialmente para permitir que quien la usa pueda respirar sin ningún impedimento, en redes sociales se ha difundido el rumor de que su uso prolongado podría causar falta de oxígeno, supuestamente porque respirar el aire exhalado puede generar una intoxicación por dióxido de carbono, sin embargo, esto es totalmente falso.

La intoxicación por dióxido de carbono producida por respirar continuamente el mismo aire, se da en condiciones extremas en las que la fuente de oxígeno está bloqueada, por ejemplo, una bolsa de plástico o una habitación cerrada herméticamente; los cubrebocas están hechos de tela porosa que permite el paso del aire.

En vista de que ahora en muchos lugares el uso de cubrebocas o mascarilla se ha hecho obligatorio, lo mejor sería ir acostumbrándonos, pero ¿por qué te incomoda tanto algo tan simple?

De acuerdo con el portal Salud sin Bulos citado por el sitio de noticias 20 minutos, estas son algunas de las razones por las que podría molestarte el cubrebocas:

  • Falta de costumbre. 
  • Uso prolongado durante muchas horas. Las cintas o elásticos y la tela podría llegar a irritar.
  • Usar la mascarillas más de lo que el fabricante lo recomienda; reutilizarlas puede provocar su saturación mascarillas y eso podría hacer que nos cueste respirar.
  • Aumento en la temperatura del aire que se respira.
  • Que las mascarillas no cumplan con las especificaciones legales y técnicas.