El furor de los piercings surgió en los años 90 gracias a personalidades como Christina Aguilera, quien tenía una pieza en la barbilla o Britney Spears, quien enseñaba su ombligo decorado con aretes brillantes.
Con el paso de los años esta tendencia ha pasado de ser un símbolo de rebeldía a una expresión de estilo protagonizado por estrellas como Rihanna o Cara Delevingne.
Lo tradicional en este tipo de perforaciones eran piezas de acero inoxidable o quirùrgico; ahora, la tendencia se ha volcado más hacia el mercado de lujo y convertir a estas perforaciones en un símbolo de estatus. Según los especialistas, el piercing es utilizado frecuentemente como un elemento de transgresión. Ellos pueden reflejar ideología, cultura, religión, idolatría. La intención de aquellos que lo usan puede estar reflejada en la necesidad de crear una marca individual y única de la propia imagen.
Actualmente Miley Cyrus y FKA Twigs aparecen en eventos lujosos portando sus piercings como piezas de miles de dólares que complementan sus atuendos exclusivos de diseñador.
Los piercings ahora también son de lujo. Llevan perlas y diamantes, zafiros y demás; sus diseños tienen acabados delicados con técnicas como la filigrana, misma que le da un estilo delicado que los hace ver como una pieza que heredaremos a nuestros nietos.
Una de las responsables de este regreso triunfal del piercing es Maria Tash, diseñadora de joyas que tiene su estudio en Nueva York. Su inspiración proviene tanto en estilos modernos como en tendencias originarias de países como India o Pakistán.
Eso sí, recuerda que antes de hacerte una perforación debes checar absolutamente todo para evitar poner en riesgo tu salud.