Han pasado más de 10 años desde que el mundo viera la segunda entrega de Kingdom Hearts; durante ese tiempo, los fans han visto varios spin-offs para diversas consolas temiendo que la esperada tercera y última parte jamás llegara. Afortunadamente el pasado 29 de enero de 2019, Square-Enix le presentó al mundo su Kingdom Hearts III; demostrado que el tiempo invertido valió la pena.
Lo primero que debemos destacar es que el juego es hermoso en más de un sentido, desde la estética hasta el gameplay, pasando por la historia; con perdón de Dragon Quest XI y NieR: Automata, es el juego más cuidado y mejor hecho la desarrolladora en años; recordándonos esa manufactura casi artesanal del Squaresoft de finales del siglo XX. Pero vayamos por partes.
Kingdom Hearts III cierra la historia de Xehanort y el trío de Sora, Riku y Kairi; dividiéndose el argumento en tres líneas principales, por un lado nuestro protagonista, al lado de Donald y Goofy, buscan una manera de devolver la habilidad de "despertar" a Sora, después de que la perdiera al final de Dream Drop Distance, al mismo tiempo que tratan de darle forma de nueva cuenta a Roxas. Por su parte, Riku y el Rey Mickey quieren traer de regreso a Aqua y Terra, con el fin de completar a los 7 guerreros de la luz, buscando en lugares como el mismo Reino de la Obscuridad. Finalmente Kairi, al lado de Lea (antes Axel) se prepara para ser una Maestra de Keyblade, para ayudar en la batalla final contra los Heartless.
Como pueden notar la extraña narrativa de Kingdom Hearts se mantiene; afortunadamente, Square encontró la forma de darle cohesión a todo resolviendo los misterios que se han dejando en los distintos juegos que componen la historia. Esto no significa que la trama sea menos compleja; sin embargo, hace su mejor esfuerzo para explicar su punto tanto a los fans como a aquellas personas que tienen su primera experiencia con Sora, Donald y Goofy.
Esto último es importante, si bien un fan versado tendrá más oportunidad de localizar los elementos de la trama sin muchos problemas; esto no quiere decir que los nuevos jugadores sean obviados. El título va paso a paso con su historia, explicando lo más importante, para que todo el mundo sea capaz de meterse de lleno sin inconvenientes, algo de agradecer tomando en cuenta que la saga se compone de más de 5 juegos dispersos en distintas plataformas.
Ahora bien, ¿Qué pasa cuando nos metemos de lleno a la acción? El juego logra algo inimaginable, tomar lo mejor de cada entrega de la serie en un sistema que combina diversión, espectacularidad y profundidad. Si bien se mantiene la base de Acción/RPG, donde el 90% del tiempo nos la pasaremos apretando el botón de ataque; cuenta con variaciones interesantes que le agregan mucho a la aventura.
Así, además de la magia, la defensa y el ataque; tenemos cosas como las transformaciones de la keyblade, que equivalen a los cambios de Kingdom Hearts II; los links, donde invocamos a un personaje de Disney; el Flow Motion, donde podemos interactuar con el escenario; sin olvidar los especiales donde montamos una atracción de Disneylandia. Todo en perfecto equilibrio.
A destacar también que hay escenarios que tienen momentos donde se cambia la jugabilidad; para dar un ejemplo, en Toy Box, el mundo de Toy Story, tenemos la posibilidad de pilotar tres distintos tipos de mechas, los cuales cuenta con su propio sistema de juego, lo que le agrega variedad a la manera en que enfrentamos las distintas batallas.
No hay que olvidar que ahora podemos correr por las paredes; lo cual le agrega verticalidad al juego, aunque esto funciona mejor en los momentos de exploración que en batalla.
En cuanto a árbol de habilidades; este se mantiene en su expresión más básica, donde equipamos distintos tipos de movimientos o extras que se nos dan a lo largo del juego usando puntos de habilidad que obtenemos cuando subimos de nivel. Si bien palidece cuando lo comparamos con otras obras del género, que cuentan con sistemas de habilidad más complejos; es adecuado y congruente para lo que ha sido la saga. Eso sí, subir de nivel requiere muchas horas de juego.
No obstante, si algo tiene Kingdom Hearts III es un valor de rejuego enorme. Conforme avanzas descubres decenas de cosas extras qué hacer; desde buscar los emblemas de Mickey, hasta cocinar al lado de Remy de Ratatouille, pasando por las clásicas escenas de vuelo de la Gummiship, que ahora nos pone a recorrer el universo (o algo parecido); claro, sin llegar a la locura de los juegos de mundo abierto. Aún así, siempre tendrás algo que hacer si quieres completar el 100% del juego.
Esto va de la mano con lo bien planeados que están los escenarios; pues aunque son lineales en extremo; presentan un diseño que los hace sentir completos y vivos; ya no son esos mapas vacíos donde únicamente encontrábamos enemigos, además de tener una estética que se adecua a cada mundo ahí presentado; no es lo mismo jugar en el Olimpo de Hércules que en el cuarto de Andy o en Monsters Inc.
Vamos que el juego es estéticamente impresionante; ojo, su belleza no va en el mismo sentido que Red Dead Redemption 2 o God of War; no,aquí estamos hablando de un juego bonito en el sentido más amplio de la palabra. Todo se ve colorido y detallado, dándote la impresión, por primera vez en la saga y en la historia de los juegos de Disney, que te encuentras no en un escenario de videojuego, sino en un mundo como tal extraído de las películas de la compañía. Más que un interactivo, pensarás que estás dentro de obras Pixar y Disney Animation Studios.
Sin embargo, tanta hermosura tiene un par de peros; el primero es la música. No estamos diciendo que la partitura de Yoko Shimomura, Tsuyoshi Sekito y Takeharu Ishimoto sea mala; sólo que se queda un poco a la saga comparada con la calidad visual; lo mismo que los nuevos temas principales de Hikaru Utada, que no llegan a transmitir ese sentimiento como Simple and Clean y Sanctuary.
Otra cosa que podría considerarse un fallo (mayor para algunos) es que su nivel de dificultad es muy bajo; incluso en el modo más alto, no sientes que haya un verdadero reto. El título se encarga de darte herramientas para que siempre te mantengas dentro de la acción, ya sea una transformación de último momento, una cura milagrosa por parte de Donald o un ataque devastador imprevisto. No es que puedas acabar el título sin morir, no obstante, serán contadas las veces que verás la pantalla de Game Over, como muestra, en todo nuestro recorrido sólo perdimos en dos ocasiones.
Kingdom Hearts III es un gran juego, los más de 10 años de espera y 5 de desarrollo valieron cada segundo. Se trata de una obra que tendrá satisfechos a los fans de la saga y de los RPG japoneses, además de representar un fan service extremo para los amantes de Mickey y compañía (ni la propia Disney ha logrado tal combinación de personajes y elementos en una misma obra).
Se trata de uno de los mejores estrenos de este inicio de año, algo que todo jugador y jugadora deben de probar sean o no fans de Disney, Final Fantasy o los JRPG.