Aunque no lo parezca, Fire Emblem: Three Houses es uno de los juegos más importantes de Nintendo en los últimos tiempos; tuvieron que pasar once años para volver a ver una entrega de la saga en consolas caseras. Afortunadamente la espera valió la pena, pues Intelligent Systems nos da una ambiciosa entrega.

Puedes leer: Toda la diversión de Fire Emblem Heroes llega a América Latina

El juego nos presenta el gran continente de Fódlan, dividido por 3 grandes naciones rivales: El Imperio Adrestiano, El Santo Reino de Faerghus y la Alianza de Leicester. La historia comienza cuando Byleth, el protagonista, vence a un grupo de bandidos, conociendo a los herederos al trono de las regiones.

Byleth, es invitado a ser profesor de la Academia de Oficiales en el Monasterio de Garreg Mach. El jugador debe conocer a los estudiantes de cada casa ya que debe elegir una para darles clase. Durante el primer acto la historia es la misma; sin embargo, poco a poco cada línea se va diferenciando de la otra.

Fire Emblem: Three Houses y su intrincado gameplay

Podemos decir que Fire Emblem: Three Houses tiene dos modos de juego principales: el slice of life y el clásico de combate. El primero le da importancia a las relaciones del personaje principal con los secundarios; como es el caso de los estudiantes de la Academia.

Una vez que elijas tu casa será de vital importancia mantener buenas relaciones con tus estudiantes para aumentar nivel de “amistad”, lo cual permitirá que aumenten su confianza y mejoren sus características. Incluso es posible entablar fuertes amistades con alumnos de las casas rivales y convencerlos de ir a la tuya.

Como buen profesor, debes lograr que los alumnos logren sus objetivos personales pidiéndoles que realicen ciertas actividades de acuerdo a sus fortalezas, sin embargo, algunas veces, como adolescentes, cambiarán de opinión repentinamente y tendrás que modificar su entrenamiento.

Combate en su máxima expresión

El combate es el pilar de la saga Fire Emblem y en Three Houses podemos encontrar el clásico sistema por turnos que ya conocemos pero con algunos añadidos; como contratar batallones de unidades que se ponen a nuestro alrededor o juntar a dos unidades para que mejoren su relación y se comuniquen.

Las batallas consisten en mover unidades en un campo de batalla dividido por casillas. Cada unidad tendrá diferentes rangos de movimiento dependiendo de su nivel y habilidades. Gracias a un modo de cámara libre puedes ver el campo de batalla a ras de tierra, lo que te da una nueva perspectiva del sistema de juego.

Si bien las unidades vencidas mueren para siempre; ahora está la opción de hacer rewind de manera limitada, para evitar perder a tus aliados. Por último, debes tomar en cuenta el daño que reciben las armas ya que pueden destruirse en cualquier momento.

Aspectos técnicos irregulares

Sin lugar a dudas, la música es uno de los elementos más sobresalientes de esta entrega. Cada pista se acopla perfectamente a lo que aparece en pantalla; ya sea un momento narrativo, acción o una cinemática. Sin duda, apunta a ser de las mejores bandas sonoras del año.

Otro aspecto innovador es la actuación de voz. Cada diálogo tiene voces actuadas en inglés como en japonés, que le da un toque más inmersivo. Lo que no es tan impresionante son las gráficas. Es fácil detectar la repetición de texturas y los escenarios se sienten un poco planos.

Recomendamos: Nintendo presenta el Switch Lite, la versión colorida y portátil de su actual consola

El juego corre bastante bien tanto en modo TV como en portátil a 30 FPS con poca variación, cuando hay mucha acción en pantalla sí llega a bajar hasta los 25 FPS. Un factor que puede complicar la experiencia portátil es el tamaño de los textos, algunos son demasiado pequeños, es muy incómodo leer en la pantalla. Por eso recomendamos jugarlo en modo TV.

Una de las mejores exclusivas del 2019

Fire Emblem: Three Houses  es un claro candidato a juego del año. Este juego garantiza más de 100 horas de diversión, considerando que cada casa lleva a campañas diferentes. Los combates pueden parecer complicados al principio pero conforme vas avanzando y entendiendo mejor las mecánicas, se vuelve adictivo.

Más allá de ciertos aspectos técnicos, se trata de una obra que todo aquél que posea un Switch debe de probar por lo menos una vez; sea fan o no de los RPG. Esa década alejada de las consolas mayores sirvió para darnos uno de los juegos más pulidos del género.