Varias sagas longevas en el mundo de los videojuegos han tenido que adaptarse a las diversas épocas, con el fin de seguir vigentes en el gusto de la gente. Muchos han traicionado su esencia en ese movimiento; lo cual ha salido contraproducente, pues no logran captar nuevas audiencias y alejan a los veteranos. 

Square-Enix no es ajena a este fenómeno, siendo la serie Final Fantasy la que ha sufrido más cambios en todo su andar; por el contrario, Dragon Quest prácticamente se ha mantenido su una renovación radical a su gameplay básico de su primer juego lanzado en los 80. Cosa que se mantiene en su onceava entrega, que llega a occidente después de un exitoso recorrido en Japón; no obstante, la desarrolladora ha decidido hacer algunos cambios para modernizar la saga, que embonan perfectamente con toda la naturaleza de este clásico de los JRPG.

La historia es el primer elemento donde Square decide dar un giro. Tomamos en control de un Héroe sin nombre que resulta ser la reencarnación de la Luminaria, un antiguo guerrero representante de la luz peleó contra las encarnaciones de la obscuridad; pero, a diferencia de otros juegos del estilo, nuestro personaje no es recibido con alegría, al contrario, la gente lo señala como alguien que traerá la desgracia al mundo, por lo que es tratado durante una buena parte de la aventura como un villano. Así, pelearemos no sólo contra los seres malignos, también contra guerreros que sólo buscan proteger el mundo de nosotros, debido a un error de interpretación.

Como es una costumbre de la compañía, la trama está muy bien llevada, con varios giros interesantes y siempre en pos de la jugabilidad; esto es, no está por encima del juego mismo, sino que ambas partes se complementan. Asimismo, los personajes secundarios están muy bien desarrollados, cada uno con su propio trasfondo que de cierta forma, se integra al relato principal.

Pero vayamos a lo importante, ¿Cómo se juega? Para sorpresa de muchos, Dragon Quest XI mantiene el sistema por turnos; así es, como si fuera finales del siglo XX, tienes una caja de comandos donde escoges que es lo mejor para enfrentar a los enemigos, ya sea atacar, usar magia o huir, entre otras cosas; lo que cambia es que ahora puedes moverte a lo largo y ancho de la pantalla de combate, además de que puedes ver a los monstruos en pantalla (nada de peleas al azar), lo que te da la opción de evitarlos o atacar por sorpresa. Esto le da un rango de estrategia extra al juego, pues puedes administrar mejor tu acciones incluso en el mapa mundial.

Otra cosa que se le agregó es el árbol de habilidades. Antes, cada personaje adquiría movimientos y poderes de manera automática cada que subían ciertos niveles; ahora, podemos personalizar el rol de estos. Sí, cada guerrero cuenta con un trabajo único; no obstante, al momento de obtener los puntos de habilidad, podremos elegir qué es lo que queremos mejorar de cada uno; sea su destreza con las armas, con la magia o maestrías individuales. Por ejemplo, el héroe puede manejar dos armas, tú decides si quieres que sea un experto con escudo y espada, o con la espada a dos manos; sin olvidar las casillas dedicadas a sus características como Luminaria.

A esto hay que sumarle el nuevo modo de "Tensión", por llamarlo de alguna manera. Ahora, después de que recibas una serie de golpes, tendrás una descarga de adrenalina que no sólo te permitirá pegar más fuerte, también tendrás la opción de combinar tus ataques con tus compañeros (que también hayan entrado en ese estado), para desatar golpes devastadores.

La exploración también tuvo un pequeño cambio; ahora es más vertical. El juego te permite saltar para alcanzar distintas plataformas del escenario, que pueden llevarte a nuevos territorios dentro de la misma región o revelar tesoros ocultos. Hay que mencionar que esto es un tanto engañoso, por un lado puedes saltar encima de cajas y alcanzar los techos de las viviendas, pero por el otro, pequeñas rejas y precipicios te serán imposibles de salvar.

Asimismo, tienes la opción de usar una montura; esto reduce tus movimientos en espacios abiertos y no podrás sorprender a los enemigos; pero, si comienzas a galopar mandarás a volar (literalmente) a todo adversario que esté en tu camino. En otras palabras, si no quieres hacer niveles, esta es la forma más rápida y fácil de llegar de un lugar a otro.

¿Qué otras cosas se mantienen iguales; pero diferentes en el juego? Bueno, la alquimia está aquí una vez más; con la diferencia de que los objetos ya no serán entregados de manera inmediata, tú los deberás de forjar. Dependiendo de lo bien que lo hagas, recibirás extras en tus armas, armaduras o artefactos; si no te gusta el resultado, puedes volver al prender el horno para hacer un nuevo intento con el mismo objeto, siempre y cuando tengas las perlas que te lo permiten.

Ahora bien, para su llegada a occidente el juego recibió algunos extras, como la posibilidad de correr con el Héroe, un Modo Foto, voces para los personajes, que están en inglés, siendo un trabajo no tan destacable como en otros títulos; pero supera la media de lo que hemos escuchado anteriormente en los Dragon Quest. Pero, lo más interesante es la Draconian Quest, un modo de dificultad más elevado para los fans más exigentes, porque seamos honestos, el juego como tal es muy fácil.

Por último, hay que mencionar lo hermoso que se ve. Es en serio, Square hizo un trabajo impresionante con los gráficos; todo el juego luce increíblemente detallado y con un estilo anime que agradará a todos los fans de Akira Toriyama, quien se encarga una vez más del diseño de personajes. De igual manera la banda sonora, una vez más orquestada en su totalidad, lo que le da ese sentimiento épico medieval al que tanto recurre la franquicia.

Y claro, para los más exigentes en cuanto a la duración de los juegos, sólo les diremos que la historia principal tarda más de 50 horas para completarse; si se hacen todas las misiones extra y demás, el título puede sobrepasar las 100 horas de juego fácilmente; esto debido a que no habrá DLC, ni microtransacciones ni nada por el estilo; así es, estamos ante uno de los pocos juegos completos de la actualidad. 

Con perdón de las otras franquicias de Square, las cuales han tenido buenos juegos en los últimos años; Dragon Quest XI es sin duda lo mejor que ha hecho la compañía para la actual generación de consolas. Pues no sólo mantiene ese espíritu tradicionalista de la saga, sino que con pocas, pero sustanciales mejoras; el juego se expande a proporciones que pocos hubiéramos imaginado, dando un fuerte candidato al mejor RPG del año y compitiendo con Persona 5 como el mejor JRPG de la generación.

Si son fans de los juegos de rol (sean japoneses u occidentales) y nunca le han dado una oportunidad a Dragon Quest, esta entrega es perfecta para que se introduzcan a este mundo lleno de magia, caballeros, lindas y poderosas guerras; y claro, dragones.