Para muchos, Batman: The Killing Joke es uno de los textos fundacionales de Batman, junto a Year One y The Dark Knight Returns de Frank Miller; principalmente porque cuenta el que para muchos es el origen canónico del Joker. Cuando se anunció la adaptación a película animada, la expectativa se fue al cielo; así como la polémica, pues la obra de origen es por demás violenta y no deja muy bien parada a Batgirl. Sabiendo eso, la gente de DC y Warner trataron de arreglar ciertas cosas en el texto de Alan Moore, cosa que lamentablemente mató la que pudo haber sido una de las mejores adaptaciones de una novela gráfica.
Dichos arreglos corresponden a un gran prólogo de casi la mitad de la película donde se explica la relación entre Batman y Batgirl, esto con el fin de mostrar a la joven como un ser más allá del mero receptáculo de la violencia del Joker, como lo es en impreso. Sin embargo, esto no acaba de cuajar, ya que toda esta primera parte parece otro film en lugar de la "Broma Mortal", no hay fluidez con la historia que se supone está contando, además de que rebaja aún más el papel de la chica murciélago; esto al mostrarla no cómo una justiciera dedicada, sino como, en términos coloquiales, una alumna enamorada de su maestro, en esta caso Batman; quien también da señas de sentir una atracción sexual por Bárbara Gordon.
Aunque la conclusión de esto es una especie de lección acerca de lo abismal de la vida, que supuestamente debe de dar pié al enfrentamiento nihilista entre el Payaso del Crimen y el Caballero de la Noche; Brian Azzarello, responsable del guión para el filme, falla en extender el argumento clave del cómic.
Como consecuencia, la segunda parte de la película, ya la adaptación en sí, se sienta muy rápida, más como un capítulo extendido de alguna serie animada que un largometraje. Sin embargo, esto no quita que sea extremadamente puntual en todo lo que concierne a lo que es The Killing Joke, al mostrar eficientemente esa batalla entre la concepción del mundo del Joker y la de Batman; uno que ve al mundo como un sin sentido donde nada importa, algo tan frágil que con un sólo mal día puede acabar con la realidad y cordura de una persona; mientras que el otro encuentra en ese mismo sin sentido la razón para mantener una comunidad funcional, porque nada tiene sentido es que todo tiene una vital importancia.
El único problema de esta sección es un absurdo número musical que rompe con la tónica dialéctica, además de rebajar el momento climático y mayor tensión de la brutal demostración de la psicopatía del villano; la tortura a la que somete a Jim Gordon. Fuera de eso, incluso el diálogo final entre los protagonistas está bien implementado, haciendo un poco menos críptico el gran chiste final del payaso.
The Killing Joke, como obra completa, no está a la altura de otras películas de DC, de hecho podemos decir que es de las peores; las decisiones que se tomaron fueron muy mal ejecutadas, no podemos separar el gran error de la introducción, lo cual es una verdadera lástima pues acaba con todo lo que está bien hecho. Batichica mató el chiste incluso antes de que este empezara, justicia poética podría llamarse, ya que la joven Bárbara y Azzarello le jugaron una broma mortal a la broma mortal.