En su programa del 29 de julio de 2014, la presentadora de televisión, Laura; mostró un caso en el que una madre estaba muy preocupada por su hija, debido a que se la pasaba jugando todo el día. Como consecuencia de ello, se había vuelto muy violenta, que incluso la amenazó con matarla, tal y como lo hace con los zombies de Resident Evil. Se tituló: Mi hija se volvió violenta por las maquinitas.
Como es su costumbre, llevó a los implicados, hablaron del tema y presentaron supuestas pruebas que vinculaban a la menor con una conducta inapropiada (como una "cámara oculta", donde se muestra a un grupo de adolescentes jugando el primer Xbox, sí, aquél que fue descontinuado desde hace casi 10 años). El punto de toda la discusión era que los videojuegos de facto, son malos, porque alteran la percención de lo que es la realidad.
De hecho, Estela Durán, la psicóloga que acompañó el desarrollo del programa, argumentó que esta actitud se debía a que el inconsciente no reconoce entre el juego y la realidad (incluso citaron los tiroteos en Estados Unidos, supuestamente, vinculados a los interactivos; en específico, los FPS); por ello este tipo de entretenimiento es muy peligroso.
Los jugadores que se enteraron de dicho evento se mostraron por demás indignados, mencionando el total desconocimiento del tema y los diversos estudios que se han dado alrededor del mismo; tanto de las bondades, como efectos negativos de los juego en las personas. Tanto así que su encuesta: ¿Crees que los juegos transtornan la mente de los jóvenes? Recibió una mayoría negativa.
El común de dichas investigaciones es que ningún título en sí mismo puede alterar la mente de un joven, que sólo es parte de un entramado mayor que puede volver violenta (o no) a dicha persona. El hecho de hacer el señalamiento inquisitivo hacía estos no es mas que una forma maniquea de ver el problema. Un juego tiene la misma culpa que podría tener una película, libro, música o programa de televisión.
Con información de Show de Laura Bozzo.