El tiranosaurio rex es considerado uno de los depredadores más temibles que han existido en la Tierra. Pese a ello, existe algo en lo que los humanos podrían haberle competido de tú a tú y en una de esas hasta haberle ganado: la velocidad.

De acuerdo con un estudio realizado por paleontólogos holandeses y publicado el 20 de abril en la revista Royal Society Open Science, el tiranosaurio rex no era un animal particularmente veloz, ya que según cálculos apenas recorría tres millas (4.8 kilómetros) por hora caminando.

Dicha velocidad es similar a la de los humanos y muchos otros animales al caminar, sin embargo, este ritmo es más lento que otras estimaciones hechas sobre la velocidad del tiranosaurio rex durante la misma actividad.

Cola del tiranosaurio rex afectaba considerablemente su velocidad al caminar

El estudio explica que cuando no existe una razón para correr, la mayoría de los animales, incluidos los humanos, tienen una velocidad natural al caminar que minimiza la energía corporal gastada.

Cálculos anteriores aseguraban que el tiranosaurio rex podía desplazarse con mayor velocidad, pero no tenían plenamente en cuenta el papel de su cola, que representa más de la mitad de su longitud.

“Dado que toda la cola del T.rex está suspendida por ligamentos, que se comportan como bandas elásticas, reconstruimos esta cola para investigar a qué ritmo de paso resonaría la cola del T. rex "

Pasha van Bijlert, autor principal del estudio

Cálculos sobre el tiranosaurio ayudaran a comprender mejor el comportamiento de otros dinosaurios

El equipo calculó un ritmo de pasos a partir de un modelo de computadora de una cola de tiranosaurio rex, basado en un fósil que se exhibe en el Museo Nacional Holandés de Historia Natural.

Luego, multiplicaron el ritmo del paso por la longitud del paso que se encuentra en las pistas fosilizadas para obtener una velocidad de caminata de referencia estimada de casi 4.8 kilómetros por hora.

Los autores del estudio afirman que los nuevos cálculos sobre el temido depredador ayudarán a comprender mejor el comportamiento de los dinosaurios y los ecosistemas antiguos, permitiendo estimar, por ejemplo, cuánta comida necesitaban al día para vivir.

Con información de CNN