La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA por sus siglas en inglés), una agencia del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, advirtió sobre una tormenta solar detectada por astrónomos, que golpeará a la Tierra en las próximas horas (entre este 20 y 21 de agosto).
El fenómeno afectaría las comunicaciones y red eléctrica, por lo que en poco tiempo los teléfonos podrían dejar de funcionar, así como la televisión, el cable y los sistemas de red eléctrica. Sin embargo, no pasaría más allá pues pese a que suena catastrófico porque claro, estamos en 2020, los especialistas afirman que el rango de la tormenta solar es de G1, el más bajo de la clasificación.
La detección se dio desde el pasado 16 de agosto, cuando los astrónomos de la NASA localizaron una eyección coronal de masa de grandes dimensiones que llevaría a las auroras a lugares como Northumberland y Norfolk del Reino Unido, Maine, Minnesota y Washington de los Estados Unidos, y hasta el sur de Nueva Zelanda y Tasmania.
Según SWPC (Centro de Predicción del Clima Espacial de la NOAA), las erupciones solares son capaces de producir rayos X fuertes que degradan o bloquean las ondas de radio de alta frecuencia utilizadas para la comunicación por radio. Estas enormes explosiones de plasma se originan en estructuras de campo magnético altamente retorcidas en el Sol.
No obstante, esta tormenta solar es "extraña", apuntan desde la NOAA, ya que actualmente el Sol atraviesa un periodo de mínimo solar (el ciclo dura unos 11 años y marca los momentos de máxima y mínima actividad de la estrella); es decir, no es muy activo y los 150 millones de kilómetros que lo separan de la Tierra, hace que casi no se noten sus cambios.
Pero, a decir de la explosión, algunas eyecciones rápidas pueden llegar a la Tierra en tan sólo 14 horas, mientras que otras pueden tardar varios días. Según el SWPC, la primera señal de que una masa coronal golpea el medio ambiente terrestre es el salto de densidad del plasma debido al paso de la onda de choque.