Cuando Warner Bros. Games y Netherrealm anunciaron la primera entrega de la serie Injustice, las reacciones fueron de alegría por parte de los fans de DC Comics, aunque estaba fresco el recuerdo del pésimo Mortal Kombat vs DC Universe; el reboot de Mortal Kombat demostró que la desarrolladora se había dejado de experimentos extraños y podía hacer un juego con altos estándares de calidad. Así, el título sorprendió por su impresionante historia y fluido sistema de combate que emulaba a su hermano de compañía; claro que también esto lo llevó a ser considerado un gran skin o DLC más que un juego en sí. Ahora, años después llega la segunda parte que pretende mantener el legado del original.
La historia se desarrolla tiempo después del final de Injustice, con un Batman controlando el nuevo orden mundial, Superman encarcelado y la Mujer Maravilla refugiada en Kahndaq junto a Black Adam; aquí es donde aparece una nueva cara, Supergirl, quien acaba de llegar a la Tierra y está siendo cuidada por la amazona y el rey egipcio. Esta supuesta paz se ve rota por la aparición de La Sociedad, un grupo de supervillanos que busca hacerse con el poder, aunque en realidad trabajan para la verdadera mente maestra, Brainiac, que llega a nuestro planeta con el fin de estudiarlo a su muy particular e invasiva manera.
Como en la primera parte, lo anterior se va contando a través de largas cinemáticas intercaladas por momentos de combate; la gran diferencia es que aquí sólo usas a los héroes, jamás tocas el punto de vista de los villanos. A pesar de ello, no sientes que haya grandes pérdidas en la trama, pues la saga ha quedado como un enfrentamiento entre la Liga de la Justicia, siendo los personajes más importantes Batman y Superman. Lo interesante es que tienes varios caminos para recorrer, desatando diversos eventos a lo largo de tu recorrido, además de que cuenta con dos finales distintos; esto traducido a horas juego, nos da un promedio de entre 5 a 7 horas para ver todos los detalles. Una mejor opción que los horribles minijuegos y QTE de Gods Among Us.
Ahora bien, el sistema de juego se mantuvo casi intacto de la entrega pasada, por lo que gran parte de los combos y movimientos que podías realizar con algunos personajes se pueden replicar. Hay un par de adiciones importantes como el hecho de romper un combo aéreo usando una barra de poder o potenciar los movimientos especiales (o reducirlos, dependiendo si eres afectado por uno) apretando el botón de golpe fuerte; no obstante, el fundamento está ahí en un 90%.
Esto no es algo malo en sí, pues hace que Injustice sea de fácil acceso para todo el mundo; literalmente, puedes dar botonazos todo el tiempo y ganar sin ninguna complicación en la dificultad media de la IA o en contra de otros novatos. Ahora que si quieres probar un terreno más serio, esta estrategia no te servirá mucho; poco a poco descubrirás que cada uno de los personajes tiene un estilo propio de pelea (nada de gemelos con distinto nombre, como sucedía con Hal y Sinestro en antaño), con ventajas y desventajas por igual. Héroes como Firestorm, Linterna Verde o los villanos, Grodd y Bane, requerirán de más tiempo para poder dominarlos a conciencia, contrario a otros como Superman, Supergirl, Aquaman o Canario Negro.
Sumado a eso esta el sistema de personalización o Gear System, donde podrás cambiarle el atuendo a héroes y villanos por igual; esto es más que un agregado estético, cada una de las piezas que equipes cambiarán el estatus del peleador otorgándole más fuerza, defensa, habilidad o barra de vida, así como algunos extras, recibir un poco más de experiencia, por ejemplo. La manera en que puedes obtener equipamiento es mediante las “Cajas Madre”, que son de 5 tipos: Bronce, Plata, Oro, Platino y Diamante. Las consigues en diversos modos de juego o comprándolas con los créditos que también obtienes en las partidas; a mayor rango, mayor el precio y la cantidad de objetos que recibes. Lo malo de esto es que no hay un control real, todo es aleatorio, puedes recibir armadura para Mujer Maravilla, a pesar de que nunca la utilices. Claro que esto se atenúa un poco pues también recibes mejoras en tu recorrido por el juego con tu personaje favorito, aunque las partes importantes (denominadas “Épicas”) sólo están disponibles en las cajas.
Ahora bien, además de la historia y los tradicionales modos versus y online, Injustice 2 trae consigo el Multiverso, concepto recurrente en las historias de DC, que es adaptado de manera afortunada. Se trata de una serie de retos dispersos en diversas “Tierras”, todos con sus propias reglas y dificultad que cambian la manera en que se juega, habrá veces en que se te pida acabar con tus adversarios en un tiempo determinado, se te bloquearán algunos ataques o habrá trampas contextuales. El objetivo será derrotar cada uno de los universos para obtener recompensas, como cajas o armaduras. Ojo, no siempre podrás acceder al mismo escenario, cada cierto tiempo las realidades cambiarán, entregando nuevos desafíos. Por si esto fuera poco, aquí fue incluido el modo Arcade, el cual nos entrega una historia individual por cada héroe y villano.
Un reclamo del anterior Injustice fue su pésimo aspecto visual, Warner y Netherrealm hicieron caso a las protestas entregando un título pulido en ese aspecto, ejemplo de esto es que los rostros de las mujeres ya no tienen rasgos tan grotescos; aunque en general, aún es un tanto extraño ver ese tono realista que se le quiere dar a los personajes, alejado de lo que vemos en series y películas animadas o cómics. En cuanto a lo sonoro y musical, el juego cuenta otra vez con doblaje al español latino, si bien el trabajo es bueno en general, palidece cuando se escuchan las voces originales, sobretodo con personajes como Firestorm, el cual se siente sobreactuado en nuestro idioma.
Injustice 2 no sólo es una secuela digna de su predecesor, sino que en muchos aspectos la supera con creces. Los desarrolladores entregaron una obra que va más allá del fan service para el entusiasta de los superhéroes, siendo un juego de peleas profundo en todo sentido, con mucho contenido, decenas de horas de juego y virtudes que hacen que sus errores se sientan mínimos.