No es mentira que cuando se anunció, todo el mundo comparó a Wild Hearts con Monster Hunter, debido a que comparten la base de cazar monstruos como mecánica principal.
Sin embargo, poco a poco Koei-Tecmo y Electronic Arts han tratado de separar a Wild Hearts del ya clásico de Capcom.
Si bien ya habíamos probado un poco del juego, lo que nos dejó un buen sabor de boca; ahora que tuvimos la experiencia completa podemos decir que el título tiene un estilo bastante interesante.
Pero no nos adelantemos; veamos poco a poco lo que nos ofrece Wild Hearts.
¿Qué es Wild Hearts?
Wild Hearts es un RPG de mundo abierto donde pones imagen y nombre a tu propio personaje que forma parte de un clan ancestral de cazadores de Kemonos.
En otras palabras, en Wild Hearts te enfrentas a bestias de todas formas y tamaños que se han convertido en plagas que invaden y toman las propiedades de la tierra para su supervivencia y proliferación.
Debido a ésto, la aldea Minato se ve amenazada; tendrás que poner a raya a los enormes monstruos cazándolos con diversas técnicas de combate, armas, magia y sobre todo ayuda y coordinación con aliados.
Las armas en Wild Hearts toman propiedades como el hielo, la vegetación, el fuego y el aire para transformarse y amenazar con distintos ataques.
Además de las armas, tu cazador cuenta con un poder ancestral, el karakuri, para invocar mágicamente diversos mecanismos que le ayudan a enfrentar a los kemono.
El mecanismo que deberás usar dependerá en gran medida del tipo de ataque que tenga el kemono, su velocidad y su tamaño.
Wild Hearts cuenta con una historia principal, sin embargo, al ser de mundo abierto, esta se difumina en diversas misiones secundarias y recolección de recursos que te permitirán fabricar y conseguir mejoras.
Al mismo tiempo podrás aprender nuevos karakuri que te brinden mejoras de protección y movilidad para la variedad de situaciones a las que te enfrentes.
La creación de personaje es bastante completa, tal como se esperaría de un RPG moderno. Podemos cambiar prácticamente todos los aspectos físicos de nuestro avatar incluyendo la voz.
La mayoría de los controles son bastante intuitivos, salvo algunos casos en los que cuesta entender cuando el personaje hace saltos automáticos para usar un karakuri, pero nada que sea demasiado complicado de aprender.
¿Cómo se ve Wild Hearts?
Gráficamente Wild Hearts está muy bien trabajado. No es una joya del hiperrealismo; pero tampoco es que lo necesite, puedes encontrar paisajes hermosos y la presencia de animales le da mucha vida al mundo.
En PC, la diferencia de calidades gráficas no se nota demasiado y la jugabilidad no se ve para nada afectada si se usan gráficos al mínimo.
Los enfrentamientos con los kemono son épicos, tanto por el nivel de detalle que tiene cada bestia, como por su tamaño. Lo que logra hacer que el enfrentamiento por más sencillo que sea, se convierta en una aventura visual.
Wild Hearts lo puede jugar una sola persona y vivir una aventura desafiante en la que cada victoria contra un kemono llenará de satisfacción al jugador.
Sin embargo, para sacar el mejor potencial del juego y, sobre todo, hacerlo un poco más sencillo, es imprescindible que se juegue en línea con otros jugadores, sobre todo con amigos.
Esto permitirá desarrollar estrategias y organizar un equipo que se complemente en armas, habilidades y técnicas de ataque y defensa para poder trabajar en equipo y derrotar con mayor facilidad al kemono en cuestión.
En Wild Hearts el emparejamiento se realiza de manera sencilla durante el mismo juego, con un botón dedicado para solicitar ayuda cuando estás por enfrentar un kemono, o bien utilizando puntos especiales para convocar aliados.
Estos jugadores se unirán directamente a la batalla sin necesidad de esperas prolongadas en pantallas o lobbys. De igual manera tenemos la opción de buscar actividad online desde una fogata que podemos colocar en cualquier parte del mundo.
¿Vale la pena Wild Hearts?
Wild Hearts presenta una excelente propuesta para el género gracias a la estética colosal de los kemono, las habilidades potencializadas con los karakuri en batalla y el estilo gráfico.
Si bien muchos lo seguirán comparando con Monster Hunter, la realidad es que Wild Hearts no le pide nada a este y tiene todo el potencial de convertirse en un nuevo referente.
Sobretodo porque arregla ciertas cosas que el título de Capcom sigue arrastrando, como un multijugador engorroso, partidas demasiado extensas y un desbalance en la aventura en solitario.
Se trata de un juego para dedicarle buenas sesiones ya sea solo o en compañía de otros cazadores aguerridos que puedas demostrar sus habilidades y técnicas para consagrarse como un verdadero cazador de kemono.