México.- Jair Bolsonaro, presidente de ultraderecha en Brasil, definió su agenda en el primer día de funciones como mandatario.
En primer lugar traspasó al ministerio de Agricultura la demarcación de las tierras indígenas, lo que generó críticas de organizaciones indigenistas y por la defensa del medio ambiente.
Una orden para definir la estructura y funciones del Ejecutivo determinó que las organizaciones internacionales y las no gubernamentales deben estar bajo supervisión de la Secretaría de Gobierno que depende de Presidencia.
Bolsonaro también excluyó a la comunidad LGBT como beneficiaria de políticas orientadas a derechos humanos que coordinará el Ministerio de la Mujer, de la Familia y de los Derechos Humanos.
El brasileño aseveró que en más del 15 por ciento del territorio delimitado como tierra indígena y quilombola habita menos de un millón de personas “explotadas y manipuladas por ONG”.
El Ministerio de Agricultura representa los intereses del agronegocio, en conflicto frecuente con organizaciones de trabajadores rurales, indígenas y grupos de protección del medio ambiente.
José Manuel Vivanco, director en América para Human Rights Watch, consideró preocupante el uso de los términos “supervisar” y “monotorizar” dado que se viola el principio de independencia de las organizaciones en una sociedad abierta y democrática.
Con información de AFP