La universidad británica de Oxford dio a conocer este 12 de septiembre que reanudará los ensayos clínicos de la vacuna contra el Covid-19 que desarrolla en colaboración con la farmacéutica AstraZeneca.
El anuncio llega luego de que la investigación estuviera suspendida por unos días debido a que uno de los participantes en las pruebas presentó efectos colaterales luego de ser inoculado con el fármaco experimental.
En un comunicado citado por la agencia AP, la universidad señala que más de 18 mil personas de diversos países han recibido hasta este momento la vacuna, y con estos números “es previsible que algunos participantes sufran trastornos, y es necesario evaluar cuidadosamente cada caso para garantizar la seguridad”.
Además, dijeron que están comprometidos “con el bienestar de nuestros participantes y las más altas pautas de conducta”, por lo que “seguirá vigilando estrechamente la seguridad” de los ensayos.
Por su parte, un vocero de AstraZeneca confirmó que una mujer mostró “síntomas neurológicos graves” luego de la inoculación, pero no reveló la naturaleza de la enfermedad que le aquejó alegando razones de confidencialidad.
Además, recordaron que en julio pasado también detuvieron por unos días las pruebas luego de registrar otro caso de síntomas neurológicos en un voluntario que resultó sufrir de esclerosis múltiple, un paredimiento sin relación con la vacuna.
A fines del mes pasado, AstraZeneca empezó a reclutar a 30 mil personas para su estudio más amplio de la vacuna. También la está ensayando con miles de personas en Gran Bretaña y efectuando estudios más pequeños en Brasil y Sudáfrica.
El doctor Soumya Swaminathan, jefe científico de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dijo por su parte que la pausa en la prueba de Oxford y AstraZeneca no era de mayor preocupación, pero sí representaba “una llamada de atención” a la comunidad global sobre los altibajos inevitables de la investigación médica.