EU.- Una investigación reveló que tras una declaración de culpabilidad entre Osiel Cárdenas Guillén y el gobierno de Estados Unidos derivó una violenta ruptura entre dos cárteles: el Cártel del Golfo y Los Zetas.
De acuerdo con The Dallas Morning News el acuerdo entre las partes se sustenta en cientos de documentos confidenciales de la Corte, entrevistas con funcionarios de ambos gobiernos, informantes confidenciales y exmiembros del Cártel del Golfo y de Los Zetas.
En 2009 Cárdenas Guillén se declaró culpable frente a una Corte federal por tráfico de drogas, lavado de dinero e intento de asesinato de agentes federales estadounidenses.
Como parte del acuerdo, el capo acordó la entrega de 50 millones de dólares que se tomaron de bunkers enterrados en México y se transportaron a través de la frontera en la cajuela de un automóvil entre 2008 y 2009, aunque no sólo se trató de dinero en efectivo, sino de ranchos y aeronaves.
Los Zetas pensaban que el envío de dinero le daría derecho a Osiel de obtener una temprana liberación, cuando en 2010 se le dictó una sentencia de 25 años de prisión.
El brazo armado descubrió entonces que el líder del CDG había estado entregando información al gobierno de Estados Unidos y le declaró la guerra por “traición”.
La tensión entre el CDG y Los Zetas había escalado con el arresto de Cárdenas, al punto de que los últimos ya eran una auténtica organización criminal y no sólo un grupo paramilitar.
Juan Jesús Guerrero Chapa, abogado y confidente de Cárdenas Guillén, supervisó el cobro y transferencia de activos, además de aportar un gran volumen de información al gobierno de EU a nombre del narco, quien presuntamente continuaba su participación en el comercio de droga.
En 2013, un sicario acabó con la vida del abogado mientras éste realizaba compras con su esposa en Southlake, un suburbio de Dallas donde tenía una casa.
Su muerte es significativa porque se considera que era 'de facto' el jefe del CDG y que continuó su asociación con empresas criminales hasta su muerte.