Líbano.- Adel Termos, un padre de familia de 32 años, salvó la vida de muchos sacrificando la suya en Beirut durante los atentados perpetrados por el Estado Islámico el pasado 13 de noviembre. El ataque dejó un saldo de 43 personas muertas. 

Su hija de 6 años asegura que su padre es "un martir, un héroe en el cielo" pues durante el segundo ataque suicida evitó que la detonación afectara a un número mayor de personas. 

El atentado ocurrió en las inmediaciones de una panadería cuando la población concluía sus oraciones del ocaso. Es el mayor atentado luego del ocurrido en agosto de 2013 en Trípoli, donde murieron 47 personas. Adel fue una de esas personas que acudió a la mezquita para la oración vespertina y tenía la intención de reunirse con su hija y esposa para cenar pero tras la primera explosión, decidió acercarse a ayudar a los heridos.

Fue la segunda explosión la que acabó con su vida y con la llamada que sostenía por celular con su pareja. Basima Atat, esposa de Adel, supo en su corazón que él era un martir.

Para Bilal Jelwane, pariente de Adel, los militantes del Estado Islámico no son seres humanos y no profesan la fe islámica.

Hussein Shukr, dueño de la panadería donde ocurrió el atentando, considera que si dejase que el temor se apropiara de él entonces debería encerrarse en casa, pero "eso no es una manera de vivir".

Con información de The Guardian