Diputados de partidos de izquierda y extrema derecha en Francia se unieron para votar a favor de una moción de censura y de esta manera tumbar al gobierno del primer ministro; esto es lo que pasará.

Más de 300 diputados votaron a favor de la moción de censura y lograron derrocar al gobierno francés, encabezado por el primer ministro Michel Barnier.

Esta sería la segunda vez en el que un gobierno de Francia fue derrocado desde 1962; además, representa la administración de menor duración en los últimos tiempos.

Diputados derrocan al gobierno de Francia con moción de censura

Diputados de diferentes partidos políticos de Francia se unieron para votar a favor de una moción de censura y lograr tumbar al gobierno.

Para que la moción fuera aprobada se necesitaba la mayoría de 288 y la asamblea obtuvo 331 votos a favor, por lo que el primer ministro Michel Barnier tendrá que presentar su dimisión y la de su gobierno.

Por su parte, Michel Barnier trató de impedir la moción de censura argumentando que la caída del gobierno agravaba la situación económica por la que atraviesa Francia.

“Esta moción de censura agrava todo y lo vuelve más difícil”, dijo Barnier al término del debate.

Michel Barnier buscaba reducir el gasto público y aumentar temporalmente los impuestos para grandes empresas, así como reducir la deuda pública del país.

Votación de la moción de censura en Francia.

Esto es lo que pasará tras caída del primer ministro francés

Tras la aprobación de la moción de censura, Michel Barnier tendrá que presentar su dimisión ante el presidente Emmanuel Macron.

El presidente de Francia no puede convocar elecciones hasta junio de 2025, un año después de las pasadas elecciones, por lo que tendrá que nombrar un nuevo ministro.

Emmanuel Macron podría nombrar un nuevo primer ministro o incluso, podría elegir de nuevo a Michel Barnier, lo que traerá gran controversia pues, desde el primer día de su gobierno, Barnier no tuvo el apoyo de la Asamblea Nacional.

Esto generará un periodo de incertidumbre política, además de que supone un golpe significativo para la Unión Europea (UE) en un momento en que Alemania también está sumida en una campaña electoral parlamentaria.

La ley queda medio campo entre la postura de quienes exigen el “derecho a morir” y quienes se declaran provida.