La guerra entre Rusia y Ucrania llega a su día 1008 desde su comienzo el pasado 24 de febrero de 2022, cuando el presidente ruso Vladimir Putin ordenó una “operación militar especial” para liberar a la población prorrusa de la región ucraniana de Donbás.

Hoy miércoles 27 de noviembre 2024, Serguéi Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores ruso advierte que arreglo del conflicto con Ucrania “está muy lejos”.

Mientras tanto en el frente, el Ejército ruso conquistó la pasada semana unos 235 kilómetros cuadrados de territorio, un récord semanal en 2024, en su mayoría en la región oriental ucraniana de Donetsk.

Los soldados rusos lograron las mayores ganancias en las inmediaciones de Velika Novosilka, estratégica localidad situada cerca de la frontera administrativa entre las regiones de Donetsk y Zaporiyia, según informa el canal de Telegram Agentsvo.

Además, también habrían tomado unos 33 kilómetros cuadrados en dirección al bastión ucraniano de Pokrovsk -60 mil habitantes antes de la guerra-, el principal objetivo de la actual ofensiva rusa en el Donbás.

En lo que va de noviembre las tropas rusas han conquistado 600 kilómetros cuadrados de territorio, 100 kilómetros cuadrados más que en octubre, señala la fuente, que utiliza los datos de la plataforma ucraniana DeepState.

Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), los rusos han tomado más territorio en el sur de Donetsk en las últimas semanas que en todo 2023.

A su vez, añade Agentsvo, los rusos ya combaten en el centro de Kurájove, otra plaza fuerte clave en Donetsk en la que entraron a principios de mes.

Para poder iniciar el asedio de Pokrovsk, los rusos deben tomar antes Kurájove, según los expertos militares de ambos bandos.

El Ejército ruso también está avanzando a marchas forzadas en la región nororiental de Járkov con el fin de tomar Izium y Kúpiansk, y atacar desde el norte los principales centros de operaciones ucranianos en el Donbás: Kramatorsk y Sloviansk.

Rusia promete “responder” a nuevos disparos ucranianos de misiles estadounidenses

Rusia prometióresponder” a los nuevos disparos de misiles estadounidenses contra su territorio, en plena espiral de tensiones entre el Kremlin y los países occidentales.

Según el Ministerio de Defensa ruso, las fuerzas ucranianas atacaron en los últimos días “instalaciones” en la región fronteriza rusa de Kursk, parcialmente ocupada por el ejército ucraniano desde agosto.

Los ataques ocurrieron el 23 de noviembre cerca del pueblo de Lotarevka, a 37 kilómetros al noroeste de la ciudad de Kursk, y el 25 de noviembre, en el aeródromo Kursk-Vostochny, según la misma fuente.

El ministerio reconoció, algo que no suele hacer, que varios misiles “alcanzaron sus objetivos” e informó de dos soldados rusos heridos y un radar dañado.

El 23 de noviembre tres de los cinco misiles estadounidenses de tipo ATACMS fueron derribados por la defensa antiaérea rusa y el 25 de noviembre se interceptaron siete de ocho.

“El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa está monitoreando la situación y preparando una respuesta”, dijo en un comunicado, acompañando su mensaje con fotografías que parecen mostrar restos de misiles, cuya autenticidad no se pudo confirmar de forma independiente.

El primer ataque ucraniano contra Rusia con misiles ATACMS tuvo lugar el 19 de noviembre, y el 21 las fuerzas de Kiev dispararon misiles Storm Shadow de fabricación británica.

Estados Unidos y la Gran Bretaña dieron luz verde a usar sus misiles en territorio ruso como respuesta al despliegue de soldados norcoreanos para luchar en el lado ruso.

El Kremlin respondió disparando un misil balístico de alcance intermedio (5 mil 500 km) el 21 de noviembre contra una planta militar en la ciudad de Dnipro, en el centro-este de Ucrania.

El misil, llamado Orechnik y hasta ahora desconocido, es un modelo hipersónico experimental, según el presidente ruso Vladimir Putin, y está diseñado para portar ojivas nucleares, lo que no fue el caso durante ese ataque.

Lanzamiento de un misil ATACMS de Estados Unidos entregados a Ucrania

Vladimir Putin viaja a Kazajistán para cerrar acuerdo nuclear y cooperación con su mayor vecino

Vladimir Putin, llega este miércoles, a Kazajistán para asegurar la participación de Rusia en la construcción de la primera central nuclear de la república centroasiática y reforzar la cooperación económica con su mayor vecino.

Putin, que realizó su última visita oficial a Kazajistán hace exactamente un año, ahora se reunirá con su colega, Kasim-Yomart Tokáyev, durante una visita en la que firmará una veintena de acuerdos, según informaron ambos países.

Al día siguiente, el jefe del Kremlin participará en la reunión en Astaná de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), considerada la alianza militar postsoviética.

Desde que llegara al poder hace 25 años Putin ha visitado en 32 ocasiones el país con el que Rusia comparte su mayor frontera, más de 7 mil 500 kilómetros.

En cuanto a los proyectos energéticos, Astaná está a favor de la ampliación de la actual red de gasoductos con destino al mercado chino.

Uno de los principales asuntos de la agenda es decidir quién entra en el consorcio internacional que se encargará de construir la central nuclear cerca de lago Baljash en el centro de Kazajistán.

En la prensa kazaja se da por hecho desde la victoria del sí en el controvertido referéndum celebrado en octubre que Moscú lleva la delantera.

La visita también está destinada a tranquilizar a Tokáyev tras el lanzamiento la pasada semana de un misil hipersónico Oréshnik contra Ucrania y el anuncio de Putin sobre su producción en serie.

Ushakov adelantó que ambos mandatarios emitirán una declaración conjunta sobre la profundización de su cooperación estratégica que tendrá en el marco del “nuevo orden mundial”.

Vladimir Putin viaja a Kazajistán para cerrar acuerdo nuclear

Advierten que arreglo del conflicto con Ucrania “está muy lejos”

El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, advirtió de que el arreglo del conflicto en Ucrania está “muy lejos”, en una entrevista publicada hoy por el diario gubernamental Rossíiskaya Gazeta.

“A juzgar por lo que está sucediendo ‘en el campo de batalla’, todavía estamos muy lejos de una solución política y diplomática de la crisis”

Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia

Explicó que “Washington y sus satélites siguen obsesionados con la idea de infligir una derrota estratégica a Rusia” y que “para acercarse a ese objetivo ilusorio están dispuestos a hacer muchas cosas”.

Lavrov subrayó que los ataques con misiles contra el territorio en el interior de Rusia han sido un nuevo paso de escalada.

“Todas nuestras advertencias de que se daría una respuesta adecuada a estas acciones inaceptables fueron ignoradas”

Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia

El pasado día 19 de noviembre Ucrania lanzó el primer ataque con misiles estadounidenses de largo alcance ATACMS contra la región vecina de Briansk y al día siguiente atacó con misiles británicos Storm Shadow, contra la también vecina región de Kursk.

Rusia respondió el jueves de la semana pasada lanzando el misil hipersónico Oréshnik, un nuevo cohete balístico de alcance medio, contra una fábrica de armamento en la región ucraniana de Dnipró, sin que sus seis ojivas de guiado individual llevaran cargas de combate.

El presidente ruso, Vladímir Putin, amenazó a Kiev con nuevos ataques con misiles de nueva generación en caso de que reincidiera en sus lanzamientos contra territorio ruso.

Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia