Estados Unidos acusó formalmente a tres hackers de Corea del Norte, pertenecientes a un organismo de inteligencia militar, de una serie de ataques informáticos a nivel mundial que afectaron a varios bancos y al estudio cinematográfico Sony Pictures.
El Departamento de Estado de Estados Unidos señala que los hackers de la Oficina General de Reconocimiento de Corea del Norte forman parte de una red global que ha robado más de mil 300 millones de dólares (26 mil millones de pesos) de manera ilegal.
¿De qué acusan en Estados Unidos a los hackers de Corea del Norte?
El principal método de actuación de los hackers consiste en la instalación de ‘ransomware’, programas informáticos que bloquean computadoras y bases de datos y exigen un pago para liberar la información.
Si bien la acusación formal de los robos datan del año 2018, este miércoles salió a la luz el contenido de la demanda judicial, donde se acusa a hackers de agencias militares de Corea del Norte de participar en ataques contra bancos y Sony Pictures.
John Demers, fiscal general de la división Seguridad Nacional del Departamento de Estado, señaló a la prensa luego de la divulgación de las acusaciones:
“Los agentes de Corea del Norte, por medio de teclados en lugar de armas, robando carteras digitales de criptomonedas en lugar de bolsas de dinero, son los principales ladrones de bancos del mundo”.
John Demers
Hackers de Corea del Norte participaron en ataque a Sony Pictures en 2014
Los fiscales de Estados Unidos señalan que los tres hackers de Corea del Norte acusados participaron en el gran ataque a Sony Pictures de 2014 en represalia por la realización de la película The Interview (Una loca entrevista).
La comedia, protagonizada y dirigida por Seth Rogen y con la participación de James Franco, describe a dos periodistas que son enviados por la CIA a Corea del Norte para matar a Kim Jong-un bajo la fachada de una entrevista.
Previo al estreno de la película, Sony Pictures sufrió un gran ataque informático en el que hackers reveleron información confidencial sobre la compañía, incluyendo correos electrónicos de sus ejecutivos que muestran el mal manejo de casos de acoso sexual y señalamientos de racismo.
Además, se filtró al público salarios de actores y ejecutivos, guiones y plantes a futuro y, así como películas enteras próximas a estrenarse.
El ataque fue acompañado con la exigencia de no estrenar The Interview y amenazas de ataques terroristas en cines donde fuera exhibida; como respuesta, Sony Pictures decidió lanzar la película únicamente en linea y unas pocas salas.