El hielo del Ártico alcanzó su mínimo histórico. Así lo informó la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) en un comunicado donde explica que según el último estudio sobre cambio climático, el hielo marino del Ártico está disminuyendo en aproximadamente un 13 por ciento cada década.
Sólo para dar una idea, en octubre del 2020 se registró el mes más cálido desde 1981. Pero el hielo no sólo desaparece en las zonas del Ártico, sino también se derrite en Groenlandia y la Antártida, aunque es cierto que el Ártico se calienta más rápido que cualquier otra región de la Tierra.
Consecuencias de la desaparición del hielo en el Ártico
En 2020, las temperaturas del Ártico aumentaron de 0.65 a 0.95 grados Celsius por encima de los tiempos preindustriales, por lo que el hielo alcanzó su mínimo histórico. Menos hielo significa que habrá más rutas oceánicas disponibles para el envío, especialmente en los meses de verano.
Sin embargo, debemos considerar lo que menciona el geofísico marino Robert Larter, quien explica que el deshielo marino en el Ártico no eleva el nivel del mar, porque es hielo que flota en el océano. Pero el deshielo en tierra sí eleva el nivel del mar, y ese es un fenómeno que se acelera, lo que plantea la cuestión de cómo reaccionarán la Antártida y Groenlandia a medida que el planeta se caliente.
De hecho, en los últimos cinco años, el nivel del mar ha aumentado más de cinco milímetros anuales, y la tasa se acelera lentamente a medida que continúan las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Estas proyecciones son inquietantes, sobre todo para las ciudades costeras, pues significa un aumento global del nivel del mar de más de 10 metros a muy largo plazo. Y eso quiere decir que se tendrán que abandonar las ciudades costeras como Nueva York, Nueva Orleans, Rotterdam y Hamburgo