Un hombre irrumpe con gritos en la audiencia del papa Francisco este miércoles 2 de febrero en el aula Pablo VI.
Durante la audiencia general del papa Francisco -a la que asisten comúnmente miles de personas-, un hombre entre 40 a 50 años comenzó a gritar en contra del papa Francisco en italiano:
“Basta de máscaras en la iglesia, esta no es la iglesia de Jesucristo... La iglesia es una santa, católica y apostólica... Tú no eres el rey”
Hombre que irrumpió en la audiencia del papa Francisco
Algunas personas presentes en la audiencia del papa Francisco señalaron que el hombre se veía completamente alterado y no portaba cubrebocas porque, entre sus reclamos, dijo estar en contra de su uso dentro de las instalaciones de la iglesia.
El papa Francisco pidió rezar por el hombre alterado
Ante este hecho, y a pesar de que mencionan que el papa Francisco escuchó las quejas de este hombre, pidió rezar por él, ya que se encontraba alterado.
El papa Francisco, pidió que se rezara por este hombre ya que estaba sufriendo, porque hay algo que necesita, suplicó no ser sordos ante las necesidades de “este hermano”. Por lo que solicitó a los asistentes rezar a la virgen por él.
El hombre fue sacado de la sala sin mostrar resistencia
Después del escándalo, el hombre fue sacado de la sala sin mostrar resistencia por miembros de la gendarmería del vaticano.
Hasta el momento no se supo más de este hombre.
En España es un delito interrumpir una misa
Por lo menos en España es un delito interrumpir una misa.
Ya que hace un par de años en 2014 ocurrió un incidente en el que un grupo de manifestantes pro aborto se pronunció a favor, en medio de una misa en una iglesia católica, el cuál causó controversia en la comunidad religiosa.
Años más tarde en 2020, un tribunal de España, decretó este acto de la manifestación como ilegal, porque este tipo de actos no estaba amparado con la libertad de expresión como alegaban los manifestantes de este acto.
Este tribunal señala que en la celebración de una misa católica es un acto religioso íntimamente relacionado con la dimensión externa de la libertad religiosa, cuyos participantes tiene derecho a no ser inquietados cuando la ejercen.
Por lo que es una responsabilidad del estado poder garantizar su pacífica celebración.