La Oficina del Examinador Médico de los Estados Unidos determinó que la muerte del millonario Jeffrey Epstein, preso bajo cargos de abuso y tráfico de menores, habría ocurrido por suicidio.

Epstein, de 66 años de edad, fue encontrado muerto en su celda ubicada en el Centro Correccional Metropolitano ubicado en Nueva York, provocando una fuerte polémica ante las circunstancias poco claras de su fallecimiento mientras se encontraba en custodia federal.

Los vínculos de quien trabajara como financiero de multimillonarios con figuras como Bill Clinton, Kevin Spacey y el propio Donald Trump, dieron pie a toda clase de teorías de conspiración relacionadas con su fallecimiento.

Luego de un primer presunto intento de suicidio el 23 de julio, Epstein fue puesto bajo vigilancia especial para evitar otro incidente de este tipo. Sin embargo, una semana después esta vigilancia especial se le retiró y volvió a su celda.

Pese a que se supone que se le debía vigilar cada 30 minutos, una serie de irregularidades en la prisión desembocaron en una falta de monitoreo al personaje, quién presuntamente habría aprovechado el tiempo sin supervisión para ahorcarse colgando una sábana de la parte superior de una litera.

Ante el descubrimiento de estas irregularidades en la cárcel federal, tanto el Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI) como el Departamento de Justicia comenzaron investigaciones paralelas de la muerte del detenido.

Por lo pronto, a la larga lista de irregularidades en el caso Jeffrey Epstein se encuentran registros falsos de los guardias a cargo de vigilarlo, así como horas excesivas trabajadas por los guardias, los cuales no podían realizar su trabajo como era debido.

Aunque la versión oficial será la del suicidio, difícilmente se acallarán las teorías de conspiración relativas al financiero, mismas que han sido amplificadas en redes sociales incluso por el mismo presidente Donald Trump.