En Gran Bretaña, Christopher Stowe, un hombre de 98 años de edad condenado por abusar de una menor en 1970 falleció a causa del Covid-19 en la cárcel solo unos días antes de su cumpleaños, el día de Navidad.
Para que este pedófilo fuera sentenciado por los abusos sexuales cometidos tuvieron que pasar 50 años, pues a penas fue en abril del año en curso que su víctima por fin obtuvo justicia.
La víctima declaró que Stowe le arruinó la vida y la infancia, además que sus ataques la volvieron una persona vulnerable que pasó sus días “sintiéndose inútil y sucia”, por fin obtuvo justicia.
Aunque se esperaba que Stowe falleciera en la cárcel ya que era uno de los prisioneros más viejos, la jueza que estuvo a cargo de su sentencia, Sara Buckingham, comentó que no creyó que sería por el Covid-19.
En 2017 el acusado de pedofilia presentó una insuficiencia cardíaca y los especialistas señalaron que podría padecer cáncer de piel; sin embargo, a inicios de diciembre 2020 fue llevado al St Mary’s Hospice en Selly Park.
Condena y defensa del pedófilo
Christopher Stowe era originario de Convetry y allí cometió la violación de una niña de entre tres y cinco años de edad, en abril de 2020 fue llevado al tribunal, y se dictaminó que pasaría seis años en prisión.
En 2019, Stowe admitió sus delitos de pedofilia y aceptó que era una “indecencia grave” el haber abusado de tal forma de una niña, y su abogado, Adam Wester, dijo durante la audiencia que Christopher era “un hombre que llegaba al final de sus años y no planeaba hacerle daño a nadie“, por lo que “no representaba una amenaza para la sociedad”.
Asimismo, el abogado explicó que “no se trataba del mismo hombre que hacía 50 años había cometido los graves delitos de los que se le acusaban” y que “sus expresiones eran una muestra de vergüenza, remordimiento y contrición.”