Un niño ha dividido opiniones en redes sociales porque rompió una vasija de 3 mil 500 años de antigüedad en el Museo Hecht de Israel.

El insólito hecho ocurrió porque el niño, invadido por la curiosidad, movió ligeramente la vasija que se encontraba sin protección y justo en la entrada del museo Hecht.

Sin embargo el ligero movimiento que provocó accidentalmente el niño, fue suficiente para que éste cayera y se rompiera en varios pedazos.

Vasija del museo Hecht era una pieza única; llevaba 3 mil 500 años intacta

Se sabe que esta valiosa vasija era considerada una pieza única debido a que se encontraba intacta, una característica poco común considerando que la pieza se remonta entre los años 1150-1500 a.C.

Esta vasija era originaria de Canaán y antiguamente servía para almacenar y transportar principalmente vino y aceite de oliva antes del reinado del rey David y Salomón.

Pese al accidente que ocurrió con el niño, el Museo Hecht salió en defensa de su iniciativa por exhibir ciertos objetos sin protección, argumentando que su fundador, Rubén Hecht, era partidario de mostrar hallazgos arqueológicos sin obstrucciones.

No obstante, el museo sí ha tomado otras precauciones, tales como el imprimir nuevos carteles para indicar qué objetos se pueden o no tocar para evitar que se rompa otra vasija de 3 mil 500 años.

¿Habrá castigo para el niño y su familia? Esto dicen las redes sociales y el museo

El caso ha dividido opiniones en redes sociales, pues aunque algunos salieron en defensa del niño, otros culparon a sus padres por el incidente y exigen un castigo.

“A esos que dicen que la culpa es de los papás, hay veces que uno trata de cuidarlos lo más que se puede, pero en un parpadeo pueden pasar mil cosas” y “Los niños no tienen culpa somos los padres porque debemos cuidarlos cuando salimos” son algunos comentarios a favor.

Por el contrario, otros señalan que “no debe permitirse el acceso a menores de edad” o incluso algunos sentencian que “algunos niños son insoportables y malcriados con padres que no les enseñan nada bueno, ojalá los castiguen”.

Aunque el director del museo, Inbal Rivlin, señaló que hay casos en los que sí se procede legalmente contra aquellos que dañan piezas de museos, dijo que este no será el caso, dado que se trató de un niño que no actuó con dolo.

Por el contrario, el museo invitó al niño y a su familia a regresar para una visita privada, reafirmando que el museo Hecht es un espacio accesible y abierto a las familias.

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