El pedófilo caníbal Geoffrey Portway pidió su liberación de la prisión federal de Virginia, en Estados Unidos, por miedo al coronavirus, pues dice ser parte de un grupo de riesgo ya que padece obesidad, diabetes, hipertensión y sufrir de un sistema inmunológico débil con riesgo de una "reacción fatal" al virus.
Geoffrey Portway fue arrestado en 2012 en el marco de una investigación internacional contra la pornografía infantil en la que la policía halló en su casa un calabozo con material de insonorización acústica que contenía un ataúd casero del tamaño de un niño y una jaula de acero. Se le acusó de secuestrar, violar y comer menores de edad.
Su petición fue presentada por escrito el pasado 13 de noviembre ante la corte federal del condado de Worcester, donde residía, argumentando que la prisión en donde cumple una condena de 26 años tiene más de 40 casos confirmados de coronavirus entre entre presos y trabajadores. No obstante, los registros federales cuentan sólo once casos activos.
El pedófilo espera poder salir y ser repatriado, ya que continúa afirmando que nunca lastimó físicamente a un niño, pero sí acepta haber intercambiado fotografías de potenciales víctimas con un hombre de Kansas y participado en las conversaciones donde se acordaban los tratos.
Asimismo, en su casa también se encontraron 4 mil 500 imágenes de abuso sexual infantil que compartía con otras personas, un congelador vertical, bisturís desechables, un juego de cuchillos de carnicería y herramientas de castración. Desde entonces ha intentado sin éxito que se desestime su caso.
Esto, a pesar de que en 2013 se declaró culpable de intento de cometer un delito de violencia y distribución y posesión de pornografía infantil. En su reciente moción, de 45 páginas, asegura no representar "ningún peligro para la comunidad" debido a una rehabilitación posterior a su sentencia y sus esfuerzos "estructurados" por reintegrarse a la sociedad.